Las vacunas son la principal herramienta para combatir muchas enfermedades infecciosas graves. Su historia se remonta a la época antigua en China, pero más contundentemente al siglo XVIII cuando Edward Jenner descubrió la vacuna contra la viruela. A partir de entonces, se descubrieron otras vacunas como la de la rabia, la tuberculosis y la polio. La tecnología empleada evolucionó después a lo que actualmente se conoce como vacunas ARNm. Esta tecnología potencia el desarrollo de vacunas, pues tiene la ventaja de no necesitar el virus completo. La tecnología de vacunas ARNm abrió un camino prometedor para combatir un gran número de enfermedades, pero aún queda mucho por andar.
Nace la primera vacuna, un hito para la humanidad
A través de los años y los lugares, el cauce de la historia de la humanidad se ve alterado por eventos pequeños que reverberan en el tiempo. Uno de estos momentos sucedió en 1796 cuando el médico británico Edward Jenner inventó la primera vacuna contra la viruela. El Dr. Jenner observó que las personas que ordeñaban vacas enfermas de viruela contraían una versión más leve de la enfermedad y no fallecían.
Su conclusión fue que al inocular a la población sana con el suero de las ampollas de las personas que ordeñaban vacas, se prevendría la enfermedad… y tuvo razón. Gracias a su trabajo, una enfermedad que había asolado a la humanidad desde los tiempos de los faraones, y que solo en el siglo XX cobró casi 500 millones de vidas a nivel mundial, fue erradicada de la faz de la tierra en menos de 200 años.
Las vacunas generaron un futuro prometedor al erradicar enfermedades
Si la erradicación de la viruela se basó en tecnología rudimentaria y observación experimental, imaginemos lo que se puede lograr con las herramientas tecnológicas actuales.
Después del Dr. Jenner siguieron las investigaciones de muchos grandes científicos. Por ejemplo, Pasteur descubrió la vacuna contra la rabia. Koch encontró el agente causal de la tuberculosis y Salk y Sabin crearon dos alternativas diferentes para erradicar la polio. Lo anterior dio arranque a la era dorada de las vacunas diseñadas en laboratorio para aplicación masiva.
¿Qué es una vacuna?
Una vacuna es cualquier preparado biológico que genere inmunidad adquirida específica contra un microorganismo que produce una enfermedad. Lo más común es que sean generadas a partir de virus atenuados, inactivados o basados en los vectores antigénicos. Esto desencadena una reacción inmunitaria similar a la enfermedad, pero mucho más leve. Así, se producen anticuerpos específicos sin tener que padecer la enfermedad.
Podemos comparar analógicamente a las vacunas más comunes con un informe de inteligencia de un espía que regresa de combate. El espía identifica de tres formas a los enemigos para que los agentes de defensa ataquen de manera más efectiva. Puede presentar un soldado desarmado (virus atenuados), un cadáver (virus inactivos) o el uniforme de los soldados contrarios (subunidades antigénicas).
Esto produce defensas específicas contra ese tipo de adversarios, aunque en el caso de los soldados desarmados, sí pueden causar problemas si los agentes de defensa no son lo suficientemente fuertes.
Tipos de vacunas y su tecnología
Existen diversos tipos de vacunas dependiendo de la tecnología utilizada para desarrollarlas. Su futuro está en una tecnología innovadora basada en el código genético del virus que causa la enfermedad. Con esta tecnología el sistema inmune crea anticuerpos específicos sin producir síntomas. Así se evita que la enfermedad pueda salirse de control y que la reacción inmune sea demasiado severa para los huéspedes susceptibles, como es el caso de las técnicas más comunes.
Retomando la analogía anterior, el espía no necesita traer de vuelta algo tan complicado como un prisionero, un cadáver o un uniforme. Solamente tiene que presentar la identificación del enemigo ante los agentes de defensa. Esto produce una estrategia mucho más específica con francotiradores en lugar de todo un batallón.
Vacunas ARNm, salud en Hi Tech
La tecnología de las vacunas ARNm se ha desarrollado desde finales de los 80 principalmente por las farmacéuticas Pfizer-BioNTech y Moderna Inc. Se sustenta en el trabajo relativo a las terapias de transcripción de ARNm de la científica húngara Katalin Karikó.
Esta tecnología implica la obtención de una molécula de ácido ribonucleico (ARN). Funciona como mensajero para formar el código genético del virus que causa la enfermedad. De esta manera, se integra este código a la célula sana del huésped, la cual a su vez da aviso al sistema inmune para que genere anticuerpos. La tecnología necesaria para crear esas vacunas ha requerido décadas y cientos de millones de dólares para desarrollarse.
La ventaja de las vacunas ARNm es que no necesitan el virus completo para su fabricación. Una vez codificado el ARNm, puede fabricarse en laboratorio e incluso almacenarse como una secuencia informática. Esto evita riesgos de almacenamiento y transporte de los virus. Con ello su producción sea relativamente más barata y accesible, lo cual facilita la aplicación en masa.
El desarrollo de esta tecnología responde a estrictos procesos. Todas las investigaciones fueron supervisadas y aprobadas por las entidades reguladoras más rigurosas a nivel mundial: la Food and Drugs Administration en Estados Unidos y la Human Medicines Regulations 2012 en Reino Unido.
Vacunas ARNm: El futuro está en el código
Las vacunas ARNm funcionan con una parte del código genético del virus causante de una enfermedad. Con la autorización de la FDA para la aplicación de estas vacunas se abrió una puerta fundamental. Esta nueva tecnología para salvar vidas allana el camino para el desarrollo de vacunas. Esto permite atacar una gran cantidad de enfermedades como el VIH/SIDA, zika, influenza e incluso algunos tipos de cáncer.
Si bien el camino pinta promisorio, hay que transitarlo con cuidado, pues cualquier paso en falso puede hacernos caer. Por ello, es necesario seguir investigando para desarrollar métodos más seguros y efectivos para cuidar la salud de la población. Esto requiere tiempo, recursos y cooperación entre las farmacéuticas y los representantes de salud a nivel mundial.
En ese sentido, me despido de usted, amable lector, con la reflexión del Dr. Jonas Salk en una entrevista en 1955, poco después de anunciar la invención de la vacuna contra la polio. El reportero Edward Murrow le preguntó: “¿Quién posee la patente?”, a lo que el Dr. Salk respondió con una sonrisa: “Pues, la gente, eso diría… ¿Podrías patentar el sol?”
