Adolescencia: La crítica sobre la serie que rompió récords

Adolescencia es una miniserie protagonizada por Owen Cooper.

Adolescencia es de esas series inteligentes que pocas veces llegan a las plataformas de streaming y logran tener éxito. En formato de miniserie de 4 episodios, esta propuesta inglesa ha roto récords en Netflix y ha dado de qué hablar desde su reciente estreno.

¿Qué récords rompió Adolescencia?

Desde los primeros cuatro días de su debut, Adolescence —título original de la miniserie— debutó con 24.3 millones de usuarios, cantidad que por sí sola ya la colocaba como uno de los lanzamientos más fuertes del año en curso. Pero lo inesperado: entre el 17 y el 23 de marzo, la serie agregó otros 42 millones a su cuenta, es decir, 66.3 millones más. Estos números superan a cualquier otra miniserie en la historia de Netflix, rebasando incluso a El Juego del Calamar, que por otro lado es diferente, porque es una serie y no un programa conclusivo como éste.

Stephen Graham y Owen Cooper, hacen gran actuación en conjunto en Adolescence: Foto: Netflix

“Podríamos haber hecho un drama sobre pandillas y crímenes con cuchillos, o sobre un niño cuya madre es alcohólica o cuyo padre es un abusador violento. En cambio, queríamos que miraras a esta familia y pensaras, Dios. Esto podría pasarnos a nosotros”, dijo Graham, quien además fue el credor de la serie, en una entrevista compartida por el área de prensa de Netflix.

¿Qué es lo mejor de Adolescencia? La crítica sobre la serie que rompió récords

Cada capítulo es una pequeña obra de arte que le da la razón a quienes aseguran que las series son el nuevo cine (no todas, que conste). La dirección es milimétrica, tomando en cuenta que cada episodio está filmado en planos secuencia, lo que le da tanto una sensación de estar viviendo el momento en tiempo real, como un aire de agobio que transmite el espíritu de la serie: miedo, culpa y violencia.

Erin Doherty y Owen Cooper el Episodio 3 de Adolescencia. Foto: Netflix.

El primer capítulo abre con el allamiento policiaco en la casa familiar, donde la policia acude a arrestar a Jamie Miller, un adolescente de 13 años que es acusado de asesinar a Katie, una compañera de su escuela a la ue aparentemente acuchilla siete veces. A pesar de tener las evidencias en videos de vigilancia que lo confirman, los motivos detrás del acto no los conocemos o no los comprendemos. La serie analiza, en 4 episodios, los motivos que llevaron a Jamie a cometer el asesinato.

La serie, muestra mediante las pláticas de los alumnos, los nuevos códigos morales que nos dictan las redes sociales. El acoso como práctica común en el mundo digital, y las consecuencias de no estar cerca de los hijos debido a la sobrecarga de trabajo en la vida moderna. Pero además, Adolescencia explora de forma brillante y sensible, la naturaleza humana y las consecuencias de nuestros actos.

La serie analiza, en 4 episodios, los motivos que llevaron a Jamie a cometer el asesinato. Foto: Netflix.

Muy elocuente y vibrante, el episodio donde Jamie es analizado por una sicóloga. Este capítulo, el segundo, es desplegado como una pequeña puesta en escena teatral que revela no solo que el joven Owen Cooper es un gran actor, sino también esa falta de empatía y de comprensión del mundo real, dictada por la supremacia de las redes sociales. Jamie, ha crecido en un entorno aparentemente normal, en el que sus padres lo han tratado de la forma que se supone debe ser, pero el chico no es consciente del bien y el mal, incluso, asume que no ha hecho nada fuera de lo normal y la negación, es parte de su auto-defensa. Además, la inseguridad, la necesidad de aceptación (evidente cuando Jamie le pregunta a la terapeuta lo que opina de él), es otro de los temas dignos de análisis.

Además, la serie relata la repercusiones sociales para la familia del agresor. El acoso mediático y de parte de la comunidad, y la carga emocional detrás de la tragedia. A lo largo de los 4 episodios, y en especial del cuarto, Adolescencia nos revela una verdad que aterra: hagan lo que hagan los padres, a veces los actos de sus hijos son ajenos a su entorno y a la buena educación. Es desgarrador la parte donde ellos se cuestionan si debieron hacer algo más, y esa falta de certeza es el motor del drama de esta miniserie inglesa.

Lo malo de Adolescencia

En realidad no hay mucho que reprocharle a la serie. Los actores lo hacen muy bien, y más tomando en cuenta que al filmar en plano secuencia no hay márgen de error; el guion ofrece además de entretenimiento dramático e incisivo, una reflexión que puede incomodar, pero que nos deja algo en que pensar. Ese puede ser un tema si buscas algo ligero y que te dé respuestas más allá de las que la historia no deja para su análisis. Aquí no hay vueltas de tuerca, no hay mensaje de esperanza ni redención. Hay villanos, hay víctimas, pero finalmente, Adolescencia nos revela un cruel verdad que a veces es doloroso ver en la pantalla, sobre todo para los padres modernos.

Al final, la miniserie de Netflix nos deja una sabor agridulce —además la puedes ver en una sola tarde, ya que sus 4 capítulos duran menos que ver The Brutalist—. Alerta de spoiler: Lo malo, y que gran parte del público ha criticado, es que la serie no ofrece una respuesta a mucho de lo que plantea, ni tampoco llegamos a saber qué pasa con los personajes, sus motivaciones y el destino final del relato. Eso, tal como la vida misma, nos sitúa como espectadores ocasionales y voyeristas (como la vecina chismosa de los Miller) de un drama que sucede un suburbio británico, pero que podría pasar en cualquier parte del mundo.

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