Periodista apasionada por contar historias en las que los lectores…
La realidad simulada, el consumismo, la banalidad, el dilema ético, la vida mediatizada son simplemente algunas de las características que envuelven el formato de los reality shows 24/7.
Sorprendentemente, casi 25 años después de la primera emisión del programa que rompió paradigmas (Big Brother), continúan en el gusto del público. Esto nos hace reflexionar que no hemos modificado nuestros hábitos como sociedad, y solo demuestra que somos adictos a morbosear la vida de otros a través de una pantalla.
De espectadores a protagonistas virtuales
Prueba de ello, lo vemos en el programa “La casa de los famosos México”, que luego de dos décadas del primer Big Brother en ese país, ha causado gran furor en las redes sociales. Donde hemos sido testigos de cómo los usuarios se unen aun sin conocerse para compartir sus respectivos análisis mediante lives, sobre todo en la plataforma de Tik Tok, en donde también difunden breves vídeos acerca de sus opiniones en torno a este reality.
Entonces, ¿qué podríamos decir que es diferente ahora que hace poco más de dos décadas? La interacción, pues el público ya no solo mira a través del lente, sino que hacen sus mesas de diálogo, se fanatizan por algunos personajes de maneras no saludables.
Al grado de ir y gritarles a los habitantes desde las afueras de donde se encuentran para ponerlos al tanto sobre algunas situaciones que no ven desde dentro. Dándoles consejos y que estos utilicen mejor sus cartas al interior de la casa en la que viven aislados por un tiempo.
El fin justifica los medios
La ambición es el punto de partida de esta dinámica, en la cual sus participantes mostrarán sus verdaderas caras o ¿tal vez no? Al final todos se mueven por dinero, es el motivo principal que los tiene ahí, pues entre más semanas pasen encerrados, mayor será la cantidad de capital que acumulen, teniendo además la jugosa oportunidad de llevarse el gran premio, mismo que suele ser millonario.
Pero, ¿de dónde parte este juego que solo nos muestra a los seres humanos regocijándose en los 7 pecados capitales en su máximo esplendor? Veámos.
Todo este formato comenzó en 1999 en Países Bajos con el entonces novedoso programa Big Brother que ha sido replicado en diversos países.
La dinámica consiste en juntar un grupo de personas desconocidas o famosas para encerrarlos en una casa de forma aislada y ser grabados durante las 24 horas del día durante unos meses. Semana a semana se irán nominando entre ellos a través de un confesionario para expulsarse entre sí hasta que quede un solo ganador.
En el transcurso de este camino es muy fácil ver cómo cada uno de los habitantes cae en la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza, siendo juzgados por el lente del ‘Gran Hermano’ y la misma audiencia con sus votaciones.
Aquí, sobrevive el que mejor control mental tenga y quien efectúe mejor sus estrategias mediante alianzas que desembocan en ser doble cara o leal, una dualidad muy marcada entre lo que es correcto y lo que no, que pondrá a prueba lo que eres como persona.
Es increíble las ganas por querer saber más de los demás, etiquetarlos o definir lo que son estando del otro lado, al final, de eso se trata en esta industria del entretenimiento, de dar contenido que mantenga al televidente pegado de las pantallas para generarles rating a costa de lo que sea.
El fenómeno en México
Luego de 4 temporadas de Big Brother y 5 ediciones de celebridades bajo la producción de Endemol, llegó a Televisa el reality La Casa de los Famosos México, que anteriormente había llevado la cadena Telemundo.
.@_PonchoDeNigris vuelve a la casa tras ser salvado por el público 🤟
— La Casa De Los Famosos México (@LaCasaFamososMx) July 31, 2023
Revive gratis las galas de #LaCasaDeLosFamososMx a través de @VIX 🧡
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En esta versión podemos ver cómo un actor que ha sido cantante y stripper, así como político, que manipula a los inquilinos sin que ellos se den cuenta. A un par de chicos extranjeros que han estado en otros realities de destrezas y desafíos que tratan de conquistar esta nación con su carisma.
Por otro lado, vemos a 3 conductoras que con su belleza buscan encantar a cualquiera, también está una comediante que saca de quicio a la casa. Está una habitante que viene de shows que ponen a prueba tus habilidades físicas y hay una boxeadora campeona mundial.
A su vez tenemos a un joven actor y cantante apoyado por sus padres que también han sobresalido en el mundo del espectáculo, así como un conductor que su padre hacía lo mismo.
Un metrosexual con experiencia previa en este tipo de realities, un cantante buena onda y una chica trans que ha conquistado el corazón de los hogares mexicanos, pese a ser un país donde prevalece el machismo y quien además ha hecho reír por sus netas chidas y algo de exhibicionismo.
De esta manera podemos ver un sinfín de personalidades distintas donde ‘sálvese quien pueda’ podría ser la mejor opción. Sin embargo, así como las reglas cambian, también la manera de jugar el juego y para sorpresa de muchos, los habitantes se dividieron en bandos siendo uno el Team Cielo y otro el Team Infierno.
Con esta nueva manera de jugar, hemos sido testigos del trabajo en equipo, cómo pese a haber una rivalidad, los integrantes han tratado de cuidarse las espaldas, pero claro está que otros iban a traicionar y ser hipócritas, demostrando que este juego saca lo mejor y lo peor de cada persona.
Perfiles psicológicos muy marcados y únicos, controlados rigurosamente por el ojo que todo lo ve o en este caso ‘La Jefa’.
Si vemos las cosas más allá, podemos deducir que dichas personalidades tienen bastantes variables que suscitan los acontecimientos al interior de la casa, para darnos una narrativa que el mismo público será crítico en lo que debe ser o no ser de acuerdo a sus intereses.
Lo que sí es un hecho es que el formato de este tipo de realities vino a cambiar la forma de ver la televisión en el nuevo milenio y que pese a los años continúa vigente, dejándonos como reflexión a la sociedad en qué tanto hemos avanzado en nuestros valores, ética y moral.
Y tú, ¿qué piensas al respecto?
Periodista apasionada por contar historias en las que los lectores se sientan parte de ellas.