Un gato se despierta en un mundo cubierto de agua, donde toda la raza humana parece haber desaparecido. Se refugia en un barco con un grupo de animales de distintas especies, pero llevarse bien con ellos resulta ser un reto aún mayor que superar su miedo al agua. Todos tendrán que aprender a superar sus diferencias y adaptarse a este nuevo mundo en el que se encuentran.
Gints Zilbalodis es un director lituano que con un par de largometrajes (a Flow hay que sumar Away) se ha posicionado como uno de los creadores a seguir de filmes animados. De hecho, la distribuidora en México de la película, Cine Caníbal, compartió una declaración de Guillermo del Toro al respecto de Flow: “Si pudiera desear el futuro de la animación, estas imágenes serían su magnífico e impresionante comienzo”.
Narrada enteramente sin diálogos, esta historia hace referencias indudables a la obra de Hayao Miyazaki. Pero además, tiene personajes diseñados en el estilo clásico de dibujos animados en medio de deslumbrantes entornos fotorrealistas.
Los personajes, los sets y el CGI
“Cuando era adolescente, me interesaba hacer películas en general. Pero me resultó muy difícil hacer las películas que quería hacer sin presupuesto ni habilidades –explica Zilbalodis en declaraciones compartidas por Cine Caníbal– . Era tímido a esa edad y probablemente me faltaba confianza, así que sentí que lucharía mucho si tuviera que trabajar con equipos grandes y tenía que decirle a la gente qué hacer. Descubrí que podía hacer películas animadas por mi cuenta, a mi propio ritmo, y podía crear cualquier cosa que quisiera”.
Añade que comenzó con la animación 2D dibujada a mano. “Parecía la más simple de todas las técnicas. Luché por dibujar tan bien como esperaba. Como dije, estaba fascinado con la cámara y el movimiento y este tipo de cosas son muy difíciles de dibujar en 2D. Entonces comencé a aprender animación CG”.
Dice que sus primeros cortometrajes con CGI no estaban muy bien hechos técnicamente, por lo que trató de compensar sus fallos con los movimientos de la cámara. “Los sets fueron muy duros y los personajes animados realmente no tenían mucho peso, pero sentí que con los movimientos de cámara, el ritmo y la música, podía compensar estas deficiencias”.
Sobre la naturaleza y los animales
Zilbalodis sostiene que siempre le ha gustado estar en la naturaleza, aunque de niño no tuvo mascotas. Hasta la adolescencia. “Tuve gatos y luego perros. Todas esas cosas me inspiraron. La razón por la que este tipo de escenarios son recurrentes en mis películas es porque paso mucho tiempo haciéndolas, así que prefiero ubicarlas en lugares en los que disfruto estar”.
Y explica: “No quiero hacer películas distópicas o dramas realistas, así que no necesito de este tipo de entornos. Puedo inventar fácilmente panoramas naturales o combinar aspectos de paisajes reales que he elegido. Luego los uso en la narración, porque no son sólo un trasfondo, son parte integral de la narrativa”.
¿Flow es para niños?
Se suele pensar, aunque cada vez con menor generalización, que las películas de animación son para niños. En ese sentido, Gints Zilbalodis dice que hay algo para todos, “niños y adultos también. Los padres entenderán el simbolismo más profundo y creo que los niños también entenderán el subtexto. No es exclusivo de los adultos. Algunas personas de nuestro equipo les mostraron clips de Flow a sus hijos pequeños y parecían fascinados por todo”.
No obstante, sostiene, “realmente no estoy pensando en estos términos. No estoy tratando de hacer una película para niños, estoy tratando de hacer una película que quiero ver, esperando que todos la entiendan y les guste”.
