Se estrena la cinta más profunda de Almodóvar en muchos años, y llega en un momento en que el mundo parece haberse ya repuesto de la crisis pandémica y que quizas ya puede ver con románticos ojos los cuentos de hadas sobre la mortalidad.
Por qué ver o por qué no ver La habitación de al lado
No veas La habitación de al lado. Si alguien me hubiera advertido que estaríamos frente al Almodóvar más solemne y dramático, me hubiera abstenido. Es cierto que el cineasta español desde hace muchos años y muchas películas ha dejado atrás el humor corrosivo que llegó a ser patentado como «almodóvariano» —y que ha sido pésimamente imitado por realizadores latinos como el mexicano Manolo Caro, por mencionar un ejemplo—, también es un hecho que sus últimas películas apelan a un cine cargado de sombras, pero reitero, por favor no veas La habitacón de al lado si no estás en el mood o si te es molesto enfrentarte contra tus propios prejuicios sobre la vida y la muerte
Y es que no estábamos preparados para una alegoría sobre la mortalidad a este nivel, sobre todo en el mes de diciembre, cuando nuestro ánimo puede ser tan festivo como melancólico, depende las circunstancias personales.
Pero por otro lado, recomiendo La habitación de al lado sí justamente tu estado mental está por lo alto, te da igual y hasta disfrutas degustar el relato sobre una persona que padece una enfermedad terminal y que se enfrenta a todos esos dilemas morales y sociales frente a la omnipresente perspectiva de morir. Después de todo se trata simplemente de cine ¿no? Pero recordemos que el celuloide es magia, y esa magia ancestral puede tener efectos secundarios, ¿verdad?
¿De qué trata La habitación de al lado?
Tilda Swinton y Julianne Moore protagonizan la primera entrega de Pedro Almodóvar en inglés, que ya ganó el León de Oro en la Mostra de Venecia, y de que es una película con calidad, es innegable. La crítica ya ha catalogado como una de las películas más tristes y dolorosas del cineasta manchego. La trama en la que una mujer enferma de cáncer le pide a una amiga que la acompañe en sus últimos días mientras, con indiferencia se sujeta a una medicación experimental, es tan existencialista que nos preguntamos por qué Almodóvar o Sigrid Nunez, autora del libro en que se basa parcialmente la película, no han puesto su consultorio de sicología o autoayuda. En todo caso, tendría más clientes que vende-espejismos como Alejandro Jodorowsky.
En La habitación de al lado, las dos amigas a las que las actrices interpretan: Ingrid (Moore) y Martha (Swinton), trabajaron en la misma revista al principio de sus carreras. Ingrid en la época de oro de las publicaciones impresas en NYC. Ahora una escritora famosa, Ingird se reencuentra con su ex colega y amiga mientras ella se enfrenta a las últimas etapas de una terrible enfermedad. Esa es la premisa de una historia triste, exquisitamente filmada y con diálogos como siempre acostumbra el español, sutiles e inteligentes.
¿Qué representa la película en la carrera de Almodóvar?
Las crónicas del estreno, relatan que cuando fue la exhibición de la cinta —que generó más de 15 minutos de aplausos en el Festival de Venecia—, al terminar, el cineasta besó en las mejillas a Swinton y Moore y les levantó los brazos como si fueran Rocky ganando un torneo de boxeo. Lo anterior es singificativo: el director de 75 años de edad, ha abrazado a Hollywood de forma integral, filmando en inglés y con nuevas musas, casi 35 años después de Mujeres al borde de un ataque de nervios, película que lo introdujo en el star-system y en los Oscars.
John Turturro, Juan Diego Botto, Alessandro Nivola, Melina Matthews, Raúl Arévalo o Victoria Luengo, en un personaje para el que originalmente se pensó en Dua Lipa, complementan el reparto.
Sin duda, es una cinta , paradójicamente, llena de vida, de estilo y con una fotografía impecable. Almodóvar filma en inglés, ya lo dijimos, y sus diálogos logran emocionar y provocar y, como ya lo mencionamos, el humor está ausente y cuando se presenta (como en la escena de la clase de gimnasia) se nota forzado. La habitación de al lado es una película que demuestra que el buen cine se sigue gestando desde la mente de los directores con oficio.
Y aunque Francis Ford Coppola haya cerrado su carrera con una película incomprensible, Almovódar, otro de los cineastas —guardando las distancias históricas— aún tiene algo que ofrecer. La duda que queda en el aire, es si el director emigrará definitivamente al cine anglosajón en sus próximas películas o continuará viviendo entre ambos mundos, los dos, con el drama como común denominador.