Lilo & Stitch, la live action, ha representando un éxito en la factoría Disney. Un éxito que sus Live Actions reciente no había podido ver la emblemática empresa. Sin embargo, detrás de la grandiosa taquilla y las reseñas positivas alrededor del estreno, algunas voces han expresado su percepción en el sentido de que la película apela a ‘transmitir valores conservadores’, dignos de la era Trump.
Ideas más afines a una época nostálgica en la que Reagan y su post- guerra fría censuraban las ideas progresistas, que al incluyente estado de las cosas que por supuesto, tiene en Hollywod un gran frente.
La teoría y aseveración no deja de parecer un tanto efectista, pero lo cierto es que quienes esgrimen esos argumentos han dado a conocer varios puntos por los cuales, consideran que Lilo y Stitch es propaganda conservadora, o en el mejor de los casos, un experimento —haciendo honor al origen del extraterrestre protagonista de la historia: Stitch— para ver si «dejando de ser progres» Disney vuelve a recuperar terreno. Nadie ha dicho abiertamente que se trata de una táctica para llevar la fiesta en paz con Trump, cosa que por otra parte, sería ilógica porque la cinta se gestó previo a las pasadas elecciones en USA.
Pero si nos ponemos en plan sospechoso, los lamentables fracasos de películas con todo el espíritu woke en su ADN pudieran ser clave para entender en este viaraje…si es que lo hay. Pero mejor analicemos el porqué se dice que Lilo & Stitch, la versión de 2025, es conservadora.
¿Es Lilo y Stitch una película conservadora en su versión live action?
Según los argumentos diseminados en la red, el primer punto por el cual esta live action es conservadora, es porque en la cinta original de animación, los personajes de la comunidad o’hana que protagonizan la historia, eran parte de cierto movimiento de resistencia ante el gobierno local. En otra cinta reciente de Disney, Moana, esos valores de la mencionada «comunidad ‘Ohana», un concepto local de «familia extendida» o grupo social cercano basado en la cultura hawaiana, también se enfatizaban. Sin embargo, en la original Lilo y Stitch, esos preceptos eran llevados a terrenos del orgullo y la casta frente a la globalización. En la nueva entrega, ese discurso se aliena con las ideas conservadoras e incluso, se promueve la idea de pertenecer al ejército como algo loable.
¿Y la música? De eso no se ha hablado tanto, pero es un hecho que Disney esta vez respetó la idea original (incluyendo las canciones del Elvis) hasta donde pudo y no intentó ser incluyente cambiándole la étnia a los personajes. ¿Estará el estudio mirando a mediano plazo para no cometer el mismo error que con Blanca Nieves? Esa sí puede ser una mala señal para la llamada inclusión, y una buena noticia para los conservadores del viejo Hollywood, cosa que por otra parte, se veía venir.
Ojo: Spoilers. En la nueva la versión live action, Nani, la hermana mayor de Lilo —que en esta entrega 2025 no es una villana— , decide no luchar contra el gobierno para que ambas esten juntas. En vez de eso, renuncia a la custodia de la niña. El mensaje, según esta teoría que liga a la película con el movimiento conservador, es que «no vale la pena ir en contra de las instituciones establecidas». En pocas palabras, «ser liberal no sirve de nada», según el guion.
Lo que es evidente, es que, como suele pasar en la ficción, la película muestra una imagen idílica de Hawaii. Ya con Emilia Pérez tuvimos la polémica en torno a la supuesta falta de objetividad al retratar a un México irreal, y pues ahora, Lilo y Stitch se va al extremo y muestra una realidad de ensueño. A su favor, que también las postales turísticas muestran lo mejor de una región, es el objetivo, y además, esto no se trata de un documental, ¡es una película familiar!, la intención no es mostrar el lado oscuro de la isla; para mostrar los trapos sucios, tenemos a Michael Moore.
Otra teoria, hace una analogía de parte del guion, con el fenómeno actual de la deportación tanto en EEUU como en Europa, Y es que en la nueva entrega de la cinta, Jumba —el villano en esta versión live action— tiene como objetivo, encontrar a Stitch y «mandarlo a cas»a —y eso ya lo vimos hace muchos años en E.T. the Extra-Terrestrial—, y eso, se ha tomando por algunos grupos y voces, como una metáfora sobre la amenaza de la deportación de la era Trump.
Si bien internet suele ser fuente de teorías complejas y elaboradas, lo cierto es que la cinta simplemente quiso ser lo más fuel posible a la historia original. Hay cambios, sí, porque se trata de una adaptación, pero Disney apostó por la tradición y eso no necesariamente es una estrategia conservadora.