Pedro Páramo aterrizó en Netflix como una propuesta original de Netflix, adaptada de la inmortal obra literaria del mexicano Juan Rulfo. Como era de esperarse, la película dirigida por Rodrigo Prieto sigue dando de qué hablar, para bien o para mal tras su reciente estreno. Analizamos lo bueno y lo malo de Pedro Páramo.
¿Vale la pena ver Pedro Páramo?
Como toda adaptación literaria basada en obras de realismo mágico, siempre es polémica la visión de un director —se llame como se llame— a la hora de trasladar a la pantalla lo que en el papel resulta tan abstracto o no lineal.
Pedro Páramo, ¿qué tanto tiene que ver con el libro?
Es importante aclarar que la película de Pedro Páramo no es una copia 100% fiel al libro, pese a recrear literalmente muchos de los diálogos. Recordemos que la novela original está llena de metáforas y de momentos surrealistas que son complicados de llevar a la acción con personajes reales. Los más fieles lectores de la novela, saben que se trata de una obra poética llena de simbolismos, un lenguaje localista y analogías hacia la vida y la muerte al puro mexican style. Su adaptación, fue un poco como lo que pasó con la adaptación del cómic Sandman de Neil Gaiman, el que finalmente Netflix logró adaptar de gran forma y los exigentes fans pudieron descansar tranquilos. Lo mismo se dice de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, serie que se estrenará pronto, y que se supone era imposible de versionar más allá de la novela.
Pedro Páramo y el mito de las obras literarias imposibles de adaptar
¿Pasa lo mismo con Pedro Páramo? En 1967 se hizo una adaptación dirigida por Carlos Velo, con un guion ni más ni menos que del galardonado escritor Carlos Fuentes. El resultado, fue tachado de mediocre incluso por el mismo director —y no precisamente por el guion, sino por la ejecución— : «La maldita circunstancia de ser mi primera película profesional me hizo cometer el error de aceptar todo esto. Así que la culpa es mía por hacer aceptado estas ideas y estas amables sugerencias que hicieron un híbrido y frío el filme, cuando contaba con un guion magnífico, y actores estupendos, llenos de entusiasmo; sin embargo todo fue sometido a un rasero de producción, a un nivel de mediocridad industrial odioso», reconoció Vela en una entrevista para El Heraldo de México en su momento. Sin embargo, el tema de que sea un ópera prima, también podría haber afectado a Rodrigo Prieto, quien debuta como director en este cinta.
¿Qué dijo Martin Scorsese sobre Pedro Páramo?
La buena noticia, que la adaptación 2024 de la novela tiene personalidad propia y rompe con el mito de la adaptación imposible. Ojo: No es apta para puristas de la novela, pero la decisión de no tomar al pie de la letra la narrativa de la obra literaria, ayuda a que la película funcione. «Lo que disfruté viendo la película, y lo que admiro de tu trabajo, es tu sensibilidad narrativa visual; cómo eres capaz de contar esta historia, o capas de una historia, a través de la luz, la composición y el movimiento de la cámara”, le expresó el mismo Martin Scorsese a Pietro sobre la película, en una función especial.
¿Qué veremos en Pedro Páramo?
La obra original de Juan Rulfo fue editada el 18 de julio de 1955, que por cierto fue un año clave, porque fue la primera vez que se permitió que la mujeres en México votaran en procesos municipales. La novela que habla sobre la moralidad y la condición humana, es un clásico que cuenta una gran historia llena de personajes complejos y con más de una capa por descubrir —de hecho algunos ya están muertos y deambulan como fantasmas…y faltó por ahí el niño de The Sixth Sense para delatarlos—.
Al igual que otras obras de realismo mágico, com Cien Años de Soledad, el ambiente del México de esos años y las referencias fantasmales provinciales, son elemento básico para entender una obra que dejó huella. La película retoma la narración sobre un personaje llamado Pedro Páramo, cuya figura atormenta a los habitantes de un pequeño y silencioso pueblo llamado Comala y relata cómo sus acciones del pasado repercuten en el presente con efectos inimaginables. Otro de los protagonistas, Juan Preciado (Tenoch Huerta), viaja al mencionado pueblo natal donde le han dicho que vivió el padre (Pedro Páramo, interpretado por Juan García-Rulfo) al que no conoció, pero al llegar solo encuentra los recuerdos de un lugar misterioso.
La dirección de arte de Pedro Páramo
Si algo hay que destacar, es que la película, cumple con recrear la atmósfera fantasmal y sombría de la novela original. Se agradece que Netflix haya cuidado el último detalle en recrear de gran forma, la ambientación, el vestuario y hasta el tono en la decoración. Pedro Páramo generó una derrama económica de casi 20 millones de dólares en México, que incluye la producción y y la cadena de suministros locales.
Cabe mencionar que finalmente, el responsable de que el arte sea de primer nivel es el mismo Rodrigo Prieto Stambaugh, cuya experiencia previa como director de fotografía que ha trabajado con cineastas como Ang Lee, Martin Scorsese, Spike Lee, Oliver Stone y Pedro Almodóvar, le ha dado alas para poder desplegar su talento en ésta, como ya anotamos, su primera película con director.
La cinta cuenta con guion de Mateo Gil y adaptaciones del mismo Prieto, co-fotografiada por el mismo director mexico-estadonidense y Nico Aguilar. La mayor parte de Pedro Páramo se filmó en el estado de San Luis Potosí y en la capital mexicana.
Lo malo de Pedro Páramo
Ya mencionamos que la película podría irritar a cierto sector que suele sobre analizar las cosas y que busca que las adaptaciones sean lo más parecidas a las obras originales. Si ese escrutinio fuera determinante, versiones en cine como las de la novela Las Batallas —de José Emilio Pacheco, adaptada como Mariana, Mariana en los años 80— o El Perfume de Patrick Süskind, o Game of Thrones nunca hubieran visto la luz. Lo cierto es que no es una película para cualquiera. Su extrema lentitud, hace que si bien la cinta cumpla en mostrar una gran manufactura cinematográfica, falle en crear catarsis o crear tensión. Así es Pedro Páramo, la versión de 2024, una puesta en escena visualmente exitosa, pero con problemas a la hora de la narrativa.