Periodista apasionada por contar historias en las que los lectores…
Las relaciones familiares no tendrían por qué ser complicadas, pero muchas veces lo son, pues algunos parientes solo se encargan de robarnos la paz por sus actitudes, hay quienes les gusta generar conflictos o manipularnos.
¿Quién no se ha sentido en un dilema cuando de alejarse de la familia se trata? Se supone que la familia es primero, pero no siempre es lo más sano estar ahí. Ya que, primero, debemos ver por nosotros mismos, reflexionar en lo que nos hace bien o no, cómo nos sentimos mejor, etc.
Claro que, algunos nos juzgarán, pues dirán que somos egoístas, pero no es así, simplemente en ocasiones es necesario establecer límites, aunque sea con nuestra propia familia.
¿Cómo detectar a un familiar tóxico?
Es algo muy obvio, basta con darnos cuenta de que para nada nos sentimos cómodos con lo que nos dicen.
Entre otras acciones, solo salen frases hirientes de sus bocas, ven por sí mismos, tratan de manipularte o chantajearte.
Son personas que se encargan de quebrar nuestro equilibrio y tranquilidad, lo cual puede afectar seriamente en nuestra calidad de vida y desencadenarse situaciones de estrés, depresión, ansiedad, entre otras.
¿Qué pasa cuándo se trata de alguno de nuestros padres, hermanos o pareja?
Torna a ser más difícil, porque hay emociones, sentimientos de por medio. Sin embargo, debemos recordar que el árbol genealógico también se poda y es necesario cortar vínculos de poco a poco y en casos extremos de raíz.
Puede ir desde criticar con quiénes nos juntamos, hasta hacernos menos cuando compartimos algún logro, meternos en chismes, hacer intrigas, reprimirnos o exigirnos algo que no queremos.
Por eso es importantísimo expresar cuando algo no nos acomoda. Para nada es ser grosero, es ser sincero.
Habla con respeto y con amor, es de vital importancia cuidar las formas en un principio, pero entendemos que habrá momentos en que tengamos que ser crudos y tajantes.
La comunicación es fundamental para evitar supuestos o malentendidos.
Defiéndete, sin atacar. Sé asertivo, evita ser condescendiente, ten tacto e inteligencia emocional. Pero sobre todo, no te calles por evitar hacer daño a tus familiares, pues al final solo te harás daño a ti mismo.
Ten en cuenta que la codependencia no es buena ni lleva a nada bueno.
Según el psicólogo Fernando Mansilla, la codependencia es una actitud obsesiva y compulsiva hacia el control de otras personas y las relaciones, fruto de la propia inseguridad.
Por lo que, este accionar se da más de lo que imaginamos. Está en ti, anularlo o mantenerte lejos de quienes la ejerzan.
Muestra sinceridad, sé empático, pero no te dejes arrastrar por la toxicidad de los tuyos.
Aunque hay un dicho que reza “La familia es primero”, también puede ser nuestra destrucción, así que sé muy cuidadoso en cómo te dejas enrolar cuando esta no te suma, sino que te resta.
Primero estás tú
Por más incondicionales que queramos ser con los nuestros, debemos ver por nuestra integridad.
Habrá casos en los que hemos sufrido maltrato o abuso por parte de algunos familiares, por lo que aunque queramos llevar una relación cordial, no siempre será así y claro que es entendible.
Nunca olvides que primero estás tú, tu autoestima y bienestar.
Se necesita sanar y reconocer los errores para poder avanzar y bueno, no todo está perdido, ya que también si él o los otros ponen de su parte, se puede acudir a terapia para recuperar lo que alguna vez se perdió.
Quiere a los tuyos, pero quiérete a ti mismo.
What's Your Reaction?
Periodista apasionada por contar historias en las que los lectores se sientan parte de ellas.