Bad Boys: Hasta la Muerte, es cine explosivo y emocionante, aunque ya sepamos que a los héroes de la película nunca los tocará ni una bala. La acción y la comedia, se siguen llevando bien y la cuarta entrega de esta saga policiaca, cumple con sus fans.
Este 6 de junio, uno de esos fines de semana que ya anticipan el verano, se estrenó mundialmente Bad Boys: Hasta la Muerte (Bad Boys: Ride or Die), película que representa el regreso de una de las duplas más famosas y queridas del cine de acción y la comedia: Will Smith —al parecer el público y Hollywood ya le perdonaron la cachetada a Chris Rock en los Oscars— y Martin Lawrence.
La fórmula sigue ahí, inmovible, y narra la historia de dos intrepidos detectives afroamericanos que (para no variar) se ven involucrados en las tramas policiacas más peligrosas, y que siempre —aunque sepamos que al final saldrán ilesos— nos mantienen en suspenso. Claro, además de movimientos de cámara vertiginosos y un convincente trabajo de dobles de acción y stunts, en Bad Boys: Hasta la Muerte (pese a lo lapidario del título) no faltan las risas y ese humor ligero tan estadounidense que ha acompañado el concepto desde sus inicios (y también hay nostalgia para quienes han seguido la saga desde los años 90) y que dejará contentos a quienes gustan de no complicarse la vida y ver cine directo y ligero.
¿De qué trata la nueva película de la saga Bad Boys?
La cuarta entrega de la serie de películas sobre chicos malos, dirigida (tal como su antecesora) por el par de realizadores Adil El Arbi y Bilall Fallah, pone en esta ocasión del otro lado de la ley a los protagonistas, los policias Marcus Burnett y Mike Lowrey, quienes tras los acontecimientos de la anterior entrega de la franquicia: Bad Boys For Life —estrenada hace ya cuatro años—, tienen que huir para lavar el nombre del Capitán Howard (interpretado por Joe Pantoliano), que ha sido acusado de ser cómplice de un grupo de traficantes de drogas (cualquier parecido con la realidad latinoamericana, es pura coincidencia). Sí, es recomendable echarle un ojo a la película previa —disponible en Netflix—, ya que algunas cosas que suceden en la nueva entrega, están relacionadas y se entienden mejor.
Pero ya si de plano el ánimo es de procurarse una sobredosis de adrenalina policiaca, se pueden ver las 3 cintas previas en un maratón y de paso, ver cómo ha evolucionado el cine de acción desde que el director Michael Bay debutó con la primera parte de Bad Boys en 1995. Hoy, las secuencias son menos artesanales y las explosiones que no podían faltar, son más espectaculares, pero tienen un problema: nos remiten a una estética de videojuego (lo mismo pasó con algunos de los momentos de la reciente entrega de Mad Max, de la que aquí te dijimos lo mejor y lo peor al respecto).
¿Quiénes actúan en Bad Boys: Hasta la Muerte?
Los mencionados Will Smith y Martin Lawrence, protagonizan la película junto a Vanessa Hudgens, Alexander Ludwig, Eric Dane, Ioan Gruffudd, y la actriz mexicana Paola Núñez.
¿Vale la pena ver Bad Boys: Hasta la Muerte?
No nos engañemos: no pasa nada si no ves la cuarta entrega de Bad Boys, no es cine de culto, ni cine de sci-fi como apostamos te dejo esta película recién estrenada. El ritual de ver una película de acción de este tipo, plagada de explosiones y policías inmunes a las balas en la misma proporción que algunos políticos son invulnerables a la pena ajena, es una simplemente una catarsis. Eso sí, un muy divertido desahogo si andas en el mood. Y bueno, de eso se trata una ver película de esas que denominan, palomera, de divertirse sin arruinarse la existencia y de desconectarse un poco de la realidad abrazando al absurdo, tan leal siempre.
Existe una canción llamada “El cerebro”, que muy elocuente al respecto: “Desde mañana no voy a pensar, porque el cerebro no está”, dice la letra de este tema no tan conocido del grupo alternativo mexicano Fobia y sí, eso pasa con (y con tantas películas de acción tan efectistas): pero a su favor, tenemos que decir que te pasas dos horas viendo hazañas imposibles, giros de tuerca, balazos, aviones cayendo, extravagancias cinematográficas, caídas imposibles y, eso debería bastar si la intención es pasar un rato sin analizar lo que se ve en la pantalla y simplemente dejándose llevar.
Bad Boys, en ese sentido lúdico, funciona porque recurre al formato del cine de acción (y de comedia) clásico y, con ello, cumple con las expectativas de los amantes del género y deja conformes a quienes extrañan a Chuck Norris o a Mel Gibson cuando era una Lethal Weapon, y que no se conforman con Tom Cruise y su saga de Misión Imposible. Sí, la película se sostiene y eso es un triunfo para cualquier franquicia.