La sexta temporada de Black Mirror llegó tras una larga espera en la que parecía que el futuro pesimista y perturbador que la serie nos había plantado en la cara, había alcanzado su punto culminante en la vida real. Y es que el arribo de la terrible —y hoy afortunadamente casi en el olvido— pandemia mundial de covid-19 nos hizo sentir como si viviéramos dentro de un capítulo del show.
De hecho, esta sexta entrega de la serie surgida en 2011 en el canal británico Channel 4 —y a partir de 2016 adquirida por Netflix— se tardó tanto en producir (la temporada anterior data de 2019); porque su creador, Charlie Brooker, decidió que aquella mencionada realidad pandémica que paralizó la vida como la conocíamos, era demasiado fuerte como para que los espectadores tuviéramos que lidiar además con una serie apocalíptica.
Ahora, tras casi un lustro de espera —con la inteligencia artificial y el ChatGTP en ascenso y con un mundo consciente de que a veces la realidad es más oscura que la ficción— el pasado 15 de junio aterrizó en las pantallas de streaming, un combo de cinco nuevos y flamantes episodios de Black Mirror. Tras un maratón de fin de semana, reseñamos y calificamos uno por uno todos estos capítulos de estreno y los ordenamos de forma ascendente. Ojo: Obviamente incluye spoilers.
5. Episodio 5: Demonio 79
En 2001 se estrenó la película Frailty, una cinta de terror en la que un hombre asesinaba a personas quienes —luego se revela—, eran auténticos monstruos (pedófilos, asesinos, traficantes, etc.). Pues bien, no se ha dicho mucho sobre esa referencia en otras críticas que he encontrado en la web, pero este episodio calca literalmente aquella premisa, la llena de elementos kitsch y pese a que cumple con el objetivo de entretener, es uno de los capítulos más flojos de esta temporada.
Además, el tema del terror camp del que está impregnado el guion, se aleja de lo que debería ser un episodio de Black Mirror (quizás por eso el título aparece como Red Mirror). Recordemos que el concepto original de la serie era presentar relatos como si de una Dimensión Desconocida tecnológica se tratase —es decir, como una suerte de Twilight Zone para nerds con miedo al futuro—.
Pues bien, en esta historia en la que un demonio que toma forma de un integrante afroamericano del grupo Boney M obliga a una chica india a sacrificar a una persona diaria durante 3 días, se asemeja más a un cuento de terror aderezado con comedia y clichés poco sutiles (por ejemplo, el número de teléfono corporativo infernal al que llama el ente, que por supuesto tenía que ser 666).
Además, las referencias al fin del mundo y al racismo británico, no alcanzan para que este capítulo no sea más que un fallido intento por mezclar gore (otra referencia palpable, la película Crimen Ferpecto de Alex de la Iglesia) con humor cándido pero pretencioso.
4. Episodio 4: Mazey Day
Zazie Beetz se pone bajo la piel de una paparazzi que, agobiada por los remordimientos, se retira de la profesión para acallar su conciencia. Claro, cuando no tiene ni para pagar la renta, decide aceptar un último y lucrativo trabajo que consiste en espiar y conseguir la instantánea de una actriz en rehabilitación de la que no se tienen pistas ni imágenes desde hace meses.
Si bien el tratamiento y la vuelta de tuerca son efectivos, así como la ambientación de fines de los años 90, este episodio bien podría ser parte de una serie de terror en vez de pertenecer al futuro distópico al que Black Mirror nos tiene acostumbrados.
Quizás el único elemento que la emparenta con el aura de la serie, es esa crítica hacia los medios de comunicación voraces y oportunistas. Según la web española Fotogramas, se trata no solo del peor capítulo de esta sexta temporada, sino de toda la historia de la serie. Te encantará si te gustó la saga de The Howling.
3. Episodio 1: Joan is Awful
Un capítulo oscuro, pero lleno de humor negro rescatable (hay una escena escatológica en una iglesia que podría ofender a más de uno), que lleva al espectador a diferentes niveles en un sube y baja emocional muy bien logrado.
Todo comienza cuando una desafortunada mujer (Annie Murphy) descubre que su vida está siendo retomada por una serie en streaming donde la mismísima Salma Hayek la interpreta. Claro, todo el mundo —incluyendo a su inocente novio— se entera de sus secretos más íntimos y su mundo se desmorona.
El capítulo, que es una crítica ácida hacia la Inteligencia Artificial, la violación a la privacidad y el corporativismo, provocó que millones de personas revisaran su contrato con Netflix (no fuera a ser que luego saliera una serie sobre sus vidas), y lo decimos en serio, y medios noticiosos como 20 Minutos así lo han reportado. Sí, lo más destacado es que el capítulo se burla de la mencionada plataforma de streaming, en sus propias narices.
2. Episodio 2: Loch Henry
Muy bueno, pero el problema con este relato, es que pese a que está bien construido —aunque a decir verdad, es un poco predecible—, no es para nada fiel al estilo Black Mirror. Sin embargo, le otorgamos el segundo puesto porque, finalmente, tiene la capacidad de criticar, con un tono de humor negro, la tendencia tan de moda de plataformas como la misma Netflix, de presentar contenidos morbosos de asesinos en serie en pos de los números.
La conexión con el mundo de Black Mirror se justifica con el uso de los videocasetes como tecnología vintage —otra cosa que hay que destacar de esta temporada, es que apela a eso que era moderno y disruptivo en décadas pasadas y lo coloca en un contexto actual— y la voracidad de los medios por sacrificar a favor del algoritmo, cualquier atisbo de humanidad (cosa que la recién terminada serie de HBO, Barry, logró de muy buena forma).
La premisa de este episodio: una pareja de estudiantes de cine (Myha’la Herrold y Samuel Blenkin) arriba a un pueblo en que un crimen sanguinario ha marginado a la región de ser el destino turístico que solía ser. Entonces, deciden filmar un documental sin imaginar que descubrirán que las cosas no son lo que parecen. Sí, es un buen relato de crímenes y horror —hay elementos de la cinta Tesis, una de las primeras obras del director español Alejandro Amenábar)— pero quizás no tan Black Mirror como quisiéramos.
1. Episodio 3: Beyond the Sea
La historia se ambienta en un distópico año 1969, en una realidad alternativa en la que un par de astronautas viven en una nave lejos de la tierra, con la posibilidad de visitar a sus familias mediante una especie de avatar llamado réplica (homenaje a Blade Runner), con el cual podían transportar sus mentes a cuerpos artificiales idénticos a ellos mismos.
El conflicto comienza cuando una secta que considera que esa situación es antinatural, irrumpe al puro estilo del clan Manson —en clara referencia al sangriento asesinato de Sharon Tate—en casa de uno de ellos (Josh Hartnett) y asesina a su mujer e hijos.
De ahí en adelante, los personajes descienden en una espiral de violencia y locura, en la que el otro cosmonauta (un solvente Aaron Paul), su abandonada esposa (Kate Mara) y el hijo de ambos, se enfrentan a la oscuridad de un hombre que lo ha perdido todo. La ciencia ficción nunca fue tan trágica y una de las virtudes con las que cuenta este episodio, es que te deja reflexionando un buen rato después de que termina. Sin duda, Black Mirror en su máxima expresión, en una historia fiel al espíritu de la serie.
Definitivamente, esta esperada sexta temporada puede ser un parteaguas para el futuro de Black Mirror, cuyas próximas entregas bien pueden seguir esa senda de ciencia ficción romántica —o a veces todo lo contrario—, paradójica y amenazante, o bien convertirse en un catálogo de buenas historias —eso nadie lo puede negar—. Sin embargo, cada vez menos consecuente con sus orígenes, ¿será —como lo mencionamos al principio de este artículo— que el futuro finalmente nos alcanzó y ya no hay mucho que contar sobre el catastrófico porvenir?