¿Cien años de soledad es infilmable? Su autor, el novelista colombiano fallecido en 2014, eso pensaba. Según Gabriel García Márquez, llevar a la pantalla de cine una obra tan compleja y llena de surrealismo y lirismo como la que publicó en 1967, era imposible y además, tenía sus razones para que no le gustara la idea. 10 años después, llega no una película, sino una serie producida por Netflix. La polémica está servida en bandeja paisa: ¿la recreación será fallida o habrá sorpresas?
En 2019, cuando se inició la producción, fueron los hijos del autor quienes accedieron a ceder los derechos de una novela que curiosamente, se dice que no era de las favoritas del mismo autor, aunque tampoco jamás la mencionó él mismo como su obra cumbre. Incluso un articulista de la BBC llegó a mencionar que se trataba de «una telenovela disfrazada de literatura sofisticada». Lo que es un hecho es que sí se trata de una de las más valoradas y exitosas publicaciones del novelista sudamericano. Tanto, que recibió innumerables propuestas para convertir en una película el relato cinematográfico televisivo, pero nunca dio su brazo a torcer.
“Durante décadas, nuestro padre se mostró reacio a ceder los derechos cinematográficos de Cien años de soledad porque creía imposible realizarla bajo las limitaciones de tiempo de una película y pensaba que producirla en un idioma que no fuera el español no le haría justicia. Pero, en la actual época dorada de las series el momento no podría ser mejor” revelaron Gabriel García Márquez, Rodrigo García y Gonzalo García Barcha, herederos del literato, según reportó Los Angeles Times.
¿Por qué Gabriel García Márquez rechazaba llevar al cine Cien años de soledad?
Su rechazo recurrente, tenía varias razones. A lo largo de su vida, el autor declaró a medios como The New York Times el porqué, y en el mismo medio, el periodista Álvaro Santana- Acuña lo explica: “La falta de diálogos entre los personajes es uno de los obstáculos técnicos más complejos. La obra solo contiene un 5% de diálogos, y los personajes rara vez intercambian más de tres frases seguidas”. Así el gran reto de crear un guion basándose en una narración descriptiva de 20 largos capítulos que además de todo, contiene una gran dosis de elementos mágicos y decenas de personajes que interactúan a lo largo de la historia de 7 generaciones de la familia Buendía. ¿Misión imposible?
Más que eso, la complejidad literaria no fue el único motivo por el que García Márquez se rehusaba a ceder su obra. También había motivaciones personales que tenían que ver con el orgullo latinoamericano y, a que en esos años en que no había como tal una industria latinoamericana como la que hoy existe gracias a plataformas como la misma Netflix o HBO que apuestan por contenidos locales. Por ello, el autor temía que su obra fuera convertida un en ente sin identidad, como sucedió un poco con la desastrosa adaptación del libro Gringo viejo de Carlos Fuentes, película que en 1989 fue llevada a la pantalla con Gregory Peck y Jane Fonda como protagonistas.
Algo así temía García Márquez, como lo expresó en su momento: “Es muy difícil que un abuelo de nosotros, latino, se parezca a Robert Redford. Entonces he preferido dejarle a los lectores: literatura es literatura y cine es cine. Mis libros son novelas y quedan como novelas. Déjenme escribir películas y escribir para televisión y tenerlos de manera independiente. La imagen es demasiado impositiva, de una definición total, en la imagen uno sabe cómo es la cara del personaje. En literatura, por mucho que se describa, el lector siempre tiene la posibilidad de llenar un margen de imaginación que queda», aclaró el director en una entrevista realizada hace algunas décadas para la tv inglesa.
¿Antes de Netflix, quién intentó hacer una adaptación de Cien años de soledad?
A finales de los años 70, el actor mexico-estadounidense Anthony Quinn intentó convencer al colombiano. E iba en serio, pues incluso ofreció de manera pública una oferta de un millón de dólares por los derechos de la obra para hacer una serie. El actor anhelaba interpretar al coronel Aureliano Buendía. Pero García Márquez no cedió. Años después, Quinn declaró en una entrevista retomada por El País las supuestas verdaderas razones del desaire: «Cien años de soledad sería ideal para un serial de cincuenta horas de televisión, pero García Márquez no quiere venderlo. Yo le ofrecí un millón de dólares y no quiso, porque es comunista, y no quiere que se sepa que ha recibido un millón de dólares. Porque luego vino, después de la cena, y me dijo aparte: «¿Cómo se te ocurre ofrecerme ese dinero en público? Otra vez me lo ofreces sin que haya ningún testigo», aseguró el actor. La verdad, no lo sabemos, seguro los hijos del escritor lo tengan claro.
Otras adaptaciones polémicas de Netflix
Además de Cien años de soledad , obras literarias del llamado realismo fantástico y de otros formatos como el cómic, ya han sido llevadas al cine o la televisión. Del lado latinoamericano en 1992 se llevó al cine Como agua para chocolate, obra de la mexicana Laura Esquivel, cuya adaptación cinematográfica fue todo un éxito que ahora se busca repetir con el inminente estreno de su versión en serie producida por Netflix. Del lado anglosajón, otra obra que se decía que era complicado sacar de su formato original, fue la novela gráfica Sandman, también de parte de Netflix. De hecho, Neil Gaiman, el creador del cómic consideró el intento de hacer una película de su obra con el de «poner el océano en un jarrón». Y sí, son formatos diferentes, Cómo agua… y Sandman, pero ambos compartían el hecho de que se trataba de adaptaciones literarias complicadas. Sobra decir que la versión del Hombre Arena fue exitosa y cumplió las expectativas de los fans y de un inicialmente incrédulo Gaiman.
Por lo visto, a Netflix le gusta adaptar obras polémicas de todos los géneros, y si bien ya falló con su versión de Death Note, obra de culto que tras su estreno recibió calificaciones de un 23% de aceptación en Rotten Tomatoes. Esta vez, la plataforma espera hacerlo bien con García Márquez, no vaya a ser, parafraseando parcialmente al escritor ganador del Premio Nobel de Literatura, la crónica de un fracaso anunciado.
¿A García Márquez le gustaría la adaptación de Netflix?
La polémica está ahí, previa al esteno: ¿Es válido que no se respete la decisión de un autor? García Márquez ya no está aquí para opinar si le gustó o no la adaptación. Lo más probable es que, basándonos en sus respuesta a lo largo de los años antes de su fallecimiento en 2014, su «no» siguiera siendo rotundo. El resultado no lo sabremos hasta que Netflix la estrene: el 11 de diciembre. Otras obras del autor adaptadas al cine como El amor en tiempos de cólera (2007) pasaron sin pena ni gloria, pero fueron bien recibidas por el autor, como reveló el productor de la película, Scott Steindorff, en entrevista.
Según el libro Contrapuntos: medio siglo de literatura latinoamericana del uruguayo Danubio Torres Fierro, la postura de García Márquez con esta obra, incluso era anti-cine: «Escribí Cien años de soledad para demostrar que el cine no es todopoderoso, que en literatura uno puede llegar mucho más lejos y dar al mismo tiempo un impacto visual, auditivo y de toda índole». La nueva serie dirigida en conjunto por el argentino Alex García López y la colombiana Laura Mora, se dividirá en partes. La primera entrega consta de 8 capítulos y está protagonizada por un elenco mayormente colombiano: Marco González (Jose Arcadio Buendía); Leonardo Soto (José Arcadio); Susana Morales (Úrsula Iguaran); Ella Becerra (Petronila), etc. La serie filmada íntegramente en el país donde la trama se desarrolla.
Más allá de la polémica, la industria decidió que el show debe continuar y para bien o para mal, la adaptación de Netflix de 100 años de soledad, será uno de los eventos de entretenimiento del año. Y sí, afortunadamente se produjo en Colombia y no tenemos a Adam Diver o Amy Adams interpretando personajes latinoamericanos.