Cónclave: Las claves, los aciertos y los pecados de la aclamada película

¿Vale la pane ver Cónclave? La película es un buen ejercicio cinematográfico, no cabe duda

¿Vale la pena ver Cónclave? Estilísticamente, la película es un buen ejercicio cinematográfico, no cabe duda. La puesta en escena, la música, las actuaciones y el derroche de estilo y fotografía deslumbran —en ese sentido, vale la pena verla en el cine, porque si no conoces en vivo El Vaticano, ésta es una buena oportunidad para mirar detrás del telón—, pero lo que parecía un Game of Thrones o un House of Cards, se queda a medias en un decente thriller político con cierta dosis de crisis de espiritualidad simplemente cumplidor. Ojo, no es una mala película, pese a lo denso del tema, no cansa en ningún momento y mucho recae en el talento actoral.

Carlos Diehz es Benítez, una figura desconocida que resulta ser cardenal arzobispo de Kabul. Foto: IMDb

La historia, que se desarolla en un hipotético cónclave para la sucesión papal, podría estar ubicada en cualquier momento de nuestra era. En el marco de la diferencias religiosas y de la apertura de la iglesia a la vida moderna, asunto pendiente desde hace décadas, la cinta basada en el efectista best-seller de Robert Harris nos muestra una versión un tanto polémica del interior de la Iglesia Católica en sus más altos rangos, es decir. en los pasillos donde se gesta todo y donde se revela que lo único que importa es el poder. El problema principal es que al presentar esos conflictos, lo hace de forma pálida, sin ahondar más que con algunos guiños a todas la problemática que ha dejado una fuga de devotos de la fe en los últimos años.

Ralph Fiennes en el que dicen que es el mejor papel de su carrera. Sin duda, lo hace bien, pero aseverar eso es una exageración. Foto: Orion Pictures.

Ya lo dice uno de los personajes en la película: «Esto es una guerra, y no se trata de elegir el mejor Papa, sino de no dañar a la Iglesia». En ese contexto, la idea de elegir al «menos malo» ronda por el relato en el que hay traiciones, momentos tensos y algunos momentos que irritarán a los más fieles soldados de Roma, como cuando en uno de los diálogos uno de los cardenales afirma que la Iglesia «ya han tenido un Papa que fue militante de las juventudes hitlerianas y uno que encubría acusaciones graves de abuso» (es decir, El Papa Benedicto y por su puesto que Juan Pablo II). En ese contexto, ¿qué más da una versión «Richard Nixon» del próximo Papa, como plantea con ironía el guión? El libro autobiográfico del actual Papa, Francisco, acaba de ser anunciado y el mismo líder católico, reveló que incluye datos reveladores sobre el cónclave donde fue elegido.

Antes del insólito y forzado final, somos testigos de cómo la naturaleza humana y los pecados del ayer, se vuelven en contra de los aspirantes al papado. Por ejemplo —y acá hay un spoiler— el más fuerte candidato, que es afroamericano, es exhibido por su rivales por haber tenido una aventura de décadas atrás en la que incluso, existe un hijo no reconocido.

El feminismo es otro de los temas que ronda la película, y el papel de una irreconocible Isabella Rossellini (como la empoderada Madre Agnes), abona al asunto y de algún modo manda una sutil propuesta de defensa ante el papel aún invisible de la mujer en la Iglesia. El tema de la modernización del catolicismo y la lucha interna entre liberales y conservadores es otro de los aspectos que se tratan, en medio de un atentado extremista adjudicado a un grupo terrotista musulmán, que tiene lugar justo en plena elección del Papa, y que toca al Vaticano.

Justo ese tema, es tratado de forma ligera y aunque es detonante —literal y figuradamente— de lo que sucede al final, la salida secular e inclusiva es un recursos un poco fácil y demasiado obvio. Es más, muy predecible para quien tiene una larga carrera viendo thrillers. Lástima, porque el giro de tuerca —ojo: hay otro spoiler— en que el improbable elegido resulta ser un candidato de origen mexicano que vivió en zonas de guerra y del que al final se revela que es personaje LGTB, una persona intersexual, se antoja más como un manifiesto forzado que como un decenlace sólido, que pierde el objetivo de contar una buena historia en pos de hacer eco de los tiempos.

Isabella Rossellini, tan lejos de Blue Velvet y tan cerca del Papa. Foto: Orion Pictures.

Ralph Fiennes, Carlos Diehz, Stanley Tucci, la mencionada Isabella Rossellini y el gran John Lithgow —al que nunca podré dejar de ver como el villano Asesino de la Trinidad de la serie Dexter— se lucen en este drama dirigido por Edward Berger. Casi está cantado que Fiennes se alce con su merecido y primer Oscar en la próxima —y aplazada, por el tema de los terribles incendios— por su papel de cardenal-detective en Cónclave. Mientras tanto, la película ya se alzó con el Globo de Oro por Mejor Guión.

Recientemente, el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recomendó este estreno como una de sus películas favoritas de las que ha visto recientemente, y es sabido que tiene buenos gustos.

Recomendable ver The Heretic (la nueva película protagonizada por. Hugh Grant y Chole East y la serie The Young Pope para tener una dosis extra de escepticismo ante lo que definitivamente, nos muestra una historia más terrenal que celestial.

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