En 2021, esta serie coreana se convirtió en tendencia mundial y dejó huella como la más vista de Netflix de todos los tiempos. 330 millones de espectadores y más de 2.800 millones de horas reproducidas según datos de la misma cadena, dejaron claro que El juego del calamar fue un éxito sin precedentes.
Ahora, esta propuesta tan violenta e inteligente como macabra, busca repetir la historia con una segunda temporada que se queda justamente donde la anterior entrega terminó. El pasado 26 de diciembre se lanzaron los 7 capítulos que conforman esta secuela serial de uno de los grandes referentes de nuestros tiempos de streaming. Pero, ¿realmente valió la pena haber continuado con una historia que había cerrado perfectamente el ciclo en su momento?
¿De qué trata la nueva temporada de El juego del calamar?
El inicio de la trama nos remonta al momento crucial en el que el protagonista, Gi-hun/el jugador 456, toma la decisión de no abordar el avión que lo llevaría muy lejos y con la millonaria recompensa y de alguna manera, escoge seguir en el juego. Al mismo tiempo, un obsesionado policia —Hwang Jun-ho, quien milagrosamente sobrevivió a su paso por la isla pese a haber sido baleado y dado por muerto por su propio hermano— también sigue buscando hallar la misteriosa isla donde se llevan a cabo estos —literales— juegos del hambre.
Dos años después de ese reinició y en el mismo primer capítulo, la historia nos muestra a un Gi-hun aún más perturbado del que se revela que tras quitarse un chip de rastreo, decide emprender la misión de localizar a los siniestros y sádicos creadores de El juego del calamar. Dinero, tiene, actitud también. Inteligencia le falta, ¿quién en su sano juicio decide regresar a un juego tan mortal como la montaña rusa?
El primer error de El juego del calamar 2: el factor sorpresa que no existe
Tras dos episodios detectivescos bastante aceptables —pero con algunas lagunas, hay que decirlo— en los que no escasean momentos tensos como en la primera parte, llegamos al zénit del primer capítulo, cuyas escenas nos recuerda a obras como The Deer Hunter de 1978, que te harán sufrir si las ruletas rusas te ponen muy nervioso. Pronto, comienza la verdadera trama de la serie, con los protagonistas y los nuevos personajes dentro nuevamente de la diabólica competencia. Y justo ahí, es donde podemos comenzar a contar los pecados de esta segunda temporada.
Muchas veces nos hemos referido en estas páginas al factor sorpresa que siempre ayuda a que el impacto de una obra o de un personaje sea efectivo. Lo mencionamos sobre Alien Romulus y lo decimos ahora sobre la The Squid Game: ya sabemos lo que pasará, ya sabemos que hay personajes con diferentes motivaciones, que habrá traiciones y vueltas de tuerca y que, pese a que esta segunda temporada no es más que la primera parte de un final dividido en dos partes que se estrenará este 2025 como lo revela el recién estrenado poster —al estilo del final de Cobra Kai— . Muchos fans, incluso han catalogado a la serie como si fuera un «behind the scenes» donde se explican muchas de las motivaciones de los personajes, tanto de los héroes como de los villanos, incluso la web Jotdown la catalogó como «una segunda parte donde todo colapsa como exrepública soviética acercándose a la Unión Europea».
El veredicto lo tiene el lector, pero la expectativas no se han cumplido del todo. Se trata de una serie con una gran producción, eso es innegable, pero el repetir la fórmula no funciona cuando ya hemos visto la misma historia otras veces. Si hubieran sacado la historia de su contexto, si no fuera tan inverosimil lo que sostiene la trama, es decir el regreso del protagonista a un lugar más peligroso que la ruleta rusa, quizás estaríamos hablando de una segunda temporada que complementara el ciclo, pero pese a la inclusión de personajes nuevos, que en realidad parece una galería forzada al estilo de Big Brother, la segunda parte de El juego del calamar cumple con entrener pero carece del encanto y la novedad de la primera parte.