La saga Misión: Imposible llegó a su fin. La octava entrega, continuación inmediata de Sentencia mortal (2023), está llena de flashbacks sobre las misiones pasadas de Ethan Hunt (Tom Cruise) desde que fue reclutado en la Fuerza de Misión: Imposible (FMI) en 1996, cuando lo arrestan y le ofrecen la oportunidad de unirse a la agencia secreta o ir a prisión. Ahora la que parece su última misión lo confronta con Gabriel (Esai Morales), un terrorista al que creía muerto.
Las adiciones interesante: Paris (Pom Klementieff) y el comandante Bledsoe (Tramell Tillman), quienes podrían tener más espacio de maniobra en el futuro de la saga, si es que lo hubiera, protagonizada por Tom Cruise en su icónico papel como Ethan Hunt.
En Sentencia final, subtítulo de lo que parece el fin de la saga, debe encontrar el modo de apagar a La Entidad, amenaza cibernética que parece tener vida propia y empezar a influir en el control de la humanidad para causar caos y guerra. Y aunque Ethan ya tiene la llave que podría apagarla, hace falta llegar al servidor que lo acoge y enfrentar a Gabriel.
The Entity amenaza con desestabilizar la realidad y controlar a los gobiernos y el futuro del mundo; lo cual, es preocupantemente parecido a la realidad, ya que se reportó que una inteligencia artificial de OpenAI no respondió a las órdenes recientes. Lo malo: que en la vida real no está Ethan para resolverlo.
La historia tiene drama, humor y muchas escenas de acción atrayentes. Una de las más emotivas ocurre en el fondo del Océano Ártico, cuando Ethan debe desbloquear el código de la IA que se encuentra en el viejo submarino “El Sevastopol”.
¿Es la última película de la saga?
Ethan Hunt, aunque ha formado un nuevo equipo, describe en un discurso largo y elocuente por qué todo llega a su fin. Pero Tom Cruise, también productor de la saga, no ha confirmado el fin de Misión: Imposible.
En Sentencia mortal y Sentencia final se crearon escenas de acción extendidas y delirantes, con acrobacias extremas realizadas por el mismísimo Tom Cruise, para hacer una de las películas más ambiciosas en términos de acción sin efectos especiales, como el salto en moto por un acantilado, seguido de un salto en paracaídas para alcanzar un tren y una escena donde Tom Cruise se cuelga de un avión en vuelo.
Se filmaron escenas de alta velocidad con motocicletas y buceo a gran profundidad, donde Cruise aguantó la respiración durante más de seis minutos. En una de las más arriesgadas, Cruise se desmayó en el ala del avión debido al agotamiento físico y la falta de oxígeno, pero logró recuperarse y retomar el control.
Para Tom Cruise, esta secuela es una oda a «su amor por el cine físico y una determinación feroz por superar sus propios límites», como lo aseguró en la presentación de la película, mientras que la crítica internacional coincide en que la película es «tan excesiva como entretenida», y que nos trae de vuelta a un héroe de acción como los que no se hacían desde los años 80.
. ¿La mejor de la saga? No, pero sí está en el top de las más interesantes de una franquicia que es puro entretenimiento son complicaciones de más. Claro, además de preocuparnos un poco con lo que pasaría con una IA fuera de control, pero eso ya es extra-cinematográfico.