Con Capitán América: Brave New World, la Fase Cinco del UCM (Universo Cinematográfico de Marvel) sigue hacia adelante y, pese al pesimismo de cierto sector que lleva ya varios años augurando el fin del romance entre los cómics y el cine, la factoría Disney-Marvel consigue emocionar, al menos dentro de lo que las expectativas exigían.
La inminente guerra por la taquilla frente a DC Studios y su reinvención de Superman de la mano de James Gunn, se vislumbra que alcanzará su nivel más alto en julio, cuando la mencionada entrega del Hombre de Acero choque con el estreno de la nueva película retro de Los 4 Fantásticos.
Mientras tanto, analizamos si vale la pena ver Capitán América: Brave New World
Lo bueno de Capitán América: Brave New World
¿Ya dijimos que es entretenida? Eso es más que básico en una película de superhéroes. Si bien hay series como la recién cancelada Sandman o hasta en animaciones como Invencible donde la profundidad filosófica es elemento clave, este tipo de películas para el gran público debe preponderar esa carga de diversión que se espera cuando se asiste al cine en plan lúdico. Claro, el exceso de ligereza o de comedia pueden volver torpe e infantiloide una cinta donde ya de por sí tenemos que ver con seriedad una cinta de superpoderosos que utilizan mallas y habilidades sobrehumanas, pero esta película no abusa de esos convencionalismos y finalmente, se agradece. Capitán América: Brave New World emociona por momentos, y si bien no llega a ese top de la era dorada de Marvel, al menos tiene buenos personajes protagónicos y un guion convincente a ratos.
Quizás el hecho de que Julius Onah, el director de la película, haya surgido del cine independiente, le otorga ese toque sutil de drama y profundidad que bien le va, para equilibrar acción con una trama donde las pausas pueden decir mucho y agregar calidad a la historia.
Esta película de 180 millones de dólares: El Capitán América: Brave New World, es en algunos momentos, una experiencia espectacular y entretenida, pero en otras ocasiones no funciona y si eres de esos cinéfilos exigentes, encontrarás la experiencia muy básica. Eso sí, es mejor que el resto de estrenos de Marvel Studios de los últimos años.
La cuarta película del Capitán América es además la secuela de la serie The Falcon and the Winter Soldier. Un acierto de la historia es humanizar al nuevo Capitán América, de forma más tajante de lo que ya se había hecho. De ese modo, la historia nos presenta a Sam Wilson con un poderoso traje con alas, pero también se muestra como una persona normal, sin el súper-suero de la encarnación previa. A falta del carisma de Chris Evans y la imagen que el público aún conserva en la memoria, con la integración definitiva de este personaje tenemos enfrente a alguien que busca identificarse con la gente, más allá de los superpoderes. Eso, sin mencionar que esta versión es afroamericana, siguiendo la estela de los cómics y en ese sentido, el tema del racismo alza la mano.
La trama, que inicia con una misión de rutina, involucra al presidente de Estados Unidos Thaddeus «Thunderbolt» Ross (Harrison Ford), que involucra a Isaiah Bradley (Carl Lumbly), el primer supersoldado de color, desaparecido por conveniencias políticas. Así comienza una conspiración interesante y sospechosamente parecida a la realidad polícia y a los blogs que hablan sobre complot internacionales. Y claro, que pronto también pone los reflectores sobre Red Hulk que hemos visto en los posters promocionales.
En Captain America: Brave New World el actor Danny Ramirez regresa al papel de Falcon que tomó al final de la serie, y la inclusión del actor aunque sea de complemento, es otro punto a favor.
Lo malo de Capitán América: Brave New World
Los excesos digitales y el exceso de personajes y tramas alternas, podría ser el primer punto debatible (si te descuidas comiendo palomitas, puedes perder de vista la trama en su momento más álgido). Está bien que haya personajes secundarios, después de todo Marvel tiene que establecer puentes para las otras películas, pero en este caso, hay demasiados y se pudo prescindir de algunos, y dejar un película más redonda. Además, el hecho de presentar al imponente Red Hulk desde los trailers, le quita el factor sorpresa que pudo haber sido épico.
Otro detalle que puede ser negativo, es el hecho de que es importante haber visto las series de Disney sobre El Capitán América para tener un poco de contexto, además de las películas previas. ¿Indispensable? No, pero sí ayuda a entender un poco lo que vemos. Incluso, hay referencias con la vieja cinta de Hulk protagonizada por Edward Norton, y la presencia de Liv Tyler lo justifica, y bueno, eso sí se agradece.
Otro punto negativo de Captain America: Brave New World es el actor Giancarlo Esposito bajo la piel de Seth Voelker, el villano de la película. La verdad, es que Esposito siempre interpreta el mismo papel, desde el villano de Breaking Bad o el némesis que hizo en una serie de Star Wars, siempre hace las misma inflexiones de voz y los mismos gestos y sí, esto puede resultar indignante para los fans del actor, pero la verdad es que su histrionismo es limitado. Además, su personaje en esta entrega de Marvel, el del cliché del villano, no le ayuda mucho y es otro de los puntos débiles.
Si bien la película puede cumplir, bien vale la pena analizar los pros y contras, y si buscas pasar un rato sin sobreanalizar, la disfrutarás. Pero si eres un poco más exigente y quieres que las películas del género evolucionen y tengan un nivel más alto que el promedio, mejor espera a que llegue a Disney +, que no tardará mucho.