El norte del desierto de Nevada, Estados Unidos, es el árido, pero explosivo escenario donde el ya legendario y un poco misterioso Burning Man Fest, brilla con su esplendoroso concepto que nos invita a no ser unos simples espectadores. A lo largo de una semana —del 27 de agosto al 4 de septiembre— el festival consigue encender las pasiones de las 70,000 almas fiesteras que en promedio asisten a cada edición moderna de este festival estadounidense que ha sido tachado tanto de extravagante como de glamuroso y elitista.
“Un festival de autoexpresión, donde a través de la libertad y el arte, puedes vivir una experiencia multicultural y espiritual” es como se define de forma oficial el evento cuyas coordenadas exactas están ubicadas en la zona llamada Black Rock.
¿Cómo surgió el Burning Man Fest?
El evento de raíces ochenteras —la primera entrega fue en 1986— comenzó como una fiesta de amigos snobs sin muchas pretensiones. Este conservaba el espíritu hippie y que ya, desde entonces, incluye la ceremonia en la que los asistentes se congregan en baile en torno a una enorme figura hecha de madera, que al final de la semana se enciende (cualquier parecido con la película El Hombre de Mimbre, esperemos sea coincidencia). El fuego pagano y el desenfreno —el nudismo no está mal visto— son el momento cumbre del Burning Man, junto con la danza catártica y la autoexpresión.
A lo largo de su historia, el evento ha convocado a célebres burners —así se les llama a los asistentes— como Paris Hilton, Cara Delevingne, Katy Perry, Jeff Bezos, Elon Musk y muchos más que invariablemente quieren pasar desapercibidos entre miles de asistentes promedios y medio Silicon Valley reunido en pos a la fiesta. Pese a que en el evento no se maneja dinero —ni bitcoins— y los asistentes deben llevar sus propias provisiones para sortear la semana, el costo de la entrada ronda los 500 dólares más pago del estacionamiento.
¿Cuáles son los 10 mandamientos del Burning Man?
Este 2023, el Burning Man se está llevando a cabo con más fuerza e interés mediático que en otras ocasiones. Después de todo, es más que un festival musical, de hecho, el evento maneja 10 puntos temáticos o principios que todo participante debe tomar en cuenta:
La inclusión: «Todo el mundo puede formar parte de Burning Man. Damos la bienvenida y respetamos al desconocido. No hay requisitos para participar en la comunidad» (Claro, los 500 dólares los pagas porque lo pagas).
Economía del regalo. «Dar un regalo no implica que tenga que haber un intercambio por algo de igual valor».
Desmercantilización. «Queremos crear un entorno sin patrocinios comerciales, transacciones o anuncios».
Autosuficiencia. «Burning Man anima al individuo a descubrir, ejercer y depender de sus propios recursos».
Esfuerzo común. «Valoramos la cooperación y la colaboración. Queremos crear conexiones, espacios públicos y arte que ayuden a la interacción».
Responsabilidad cívica. “Los participantes deben respetar la ley y asumir responsabilidad por sus acciones”
Libertad de expresión: “Los participantes pueden expresarse como deseen sin afectar a los demás”
No dejar huella. «Nos comprometemos a no dejar rastro de nuestras actividades. Limpiamos e intentamos dejar los sitios mejor de lo que los encontramos».
Participación. «Todos son bienvenidos a trabajar y a jugar».
Inmediatez. “Todo debe ser al momento, no hay lugar para el mañana” (no, no es una alegoría al Tomorrowland Fest, queremos pensar)
¿Qué ver y escuchar en el Burning Man Fest?
El evento no cuenta con un calendario como tal en cuanto a shows dentro de la semana de fiesta. Al ser un festival que ostenta ser diferente, no hay una programación como tal más que los días marcados en los que se recibe a los invitados. Los showcases son creados por los mismos asistentes —en su mayoría de clase media alta y alta—, casi siempre de forma improvisada. Aunque cabe destacar que muchos artistas de diferentes disciplinas convergen y siempre hay espectáculos espontáneos. Es decir, no hay escenarios ni line-up oficiales, cualquier artista puede presentar su acto en el lugar y los únicos momentos programados son el ritual de la quema del burning man y algo llamado Temple.
Y quien diga que eso no es la esencia del hipismo, con un poco de la anarquía del punk setentero, es que no percibe las señales. Pero, además, el paganismo es otro elemento que le da ese color raro pero lúdico a la semana. Los sonidos electrónicos como trance, organic, melodic, progressive, techno u otros como el llamado playa tech, son los que predominan en los DJ sets improvisados. El soundtrack del evento consiste en sonidos espirituales y liberadores, aunque los ritmos intensos también tienen espacio. No por nada, el diario español El Mundo ha catalogado al festival como el más “salvaje y ecléctico del mundo”. Sin duda, un festival muy sui géneris que vale la pena vivir al menos una vez en la vida.
