Megalopolis: El imperio en ruinas de Coppola o su última gran jugada

Hay quien diría que el director no tiene ya nada que demostrar. Pero para Ford Coppola es cuestión de orgullo.

Megalópolis de Francis Ford Coppola ha sido blanco de la crítica. La mesa está servida para el debate. Megalopolis, el proyecto más ambicioso de uno de los directores más legendarios del cine, ha llegado a las salas de Estados Unidos y ha dividido opiniones. Hay reseñas como la de la sección de cine del ABC de España que la consideran una auténtica genialidad o hasta delirantemente genial, hasta otras que la tachan de aburrida, carente de pasión o fallida, y quienes aseguran que las críticas están contaminadas por el respeto hacia la carrera longevo director.

Muchos detractores de Megalópolis aseguran que se vive una especie de síndrome de traje nuevo del emperador y en realidad, el rey del cine está desnudo y nadie se atreve a decírselo en la cara. Y si bien en su reciente estreno en Cannes la cinta fue ovacionada durante 11 minutos, debutó con un 38% de aprobación en Rotten Tomatoes. Luego, subió a un aún preocupante 47% hasta la fecha de publicación de esta nota, y aún corre el riesgo de ser uno de los mayores naufrágios comerciales en la historia del cine.

Megalópolis, ¿un salto al vacio? Foto: Cortesía.

¿El fin de una era o el regreso del verdadero cine?

“Antes solía haber películas de estudios. Ahora hay películas de Marvel. ¿Y qué es una película de Marvel? Una película de Marvel es un prototipo de película que se hace una y otra y otra vez y es la misma, aunque se vean diferentes”, sentenció Francis Ford Coppola en una reciente entrevista para la edición inglesa de GQ. La postura del cineasta dejó claro que no le gusta cómo se maneja los blockbusters en la actualidad: el cine como una fábrica de productos en masa cortados por la misma tijera de las cintas de superhéroes. Aunque en la misma entrevista, el director también se expresó mal de Dune y la saga de James Bond.

Y sus palabras fueron lapidarias, pues el cine de superhéroes, sobre todo el de Marvel no se ha recuperado, pese al oxígeno que recientes éxitos como Deadpool & Wolverine le dieron al género y a la industria.

El elenco de Megalópolis. Cortesía.

Desafortunadamente, Coppola no ha salido del todo airoso del que es sin duda duda el proyecto de su vida: ese en el que invirtió 120 millones de dólares de su propia cartera. Es más, hay riesgo que de la película no alcance a ser comprendida ni por la crítica ni por la taquilla, como les sucede a muchos de esos genios malditos que aún tienen mucho que mostrar y que no lo logran hasta años después cuando su obra es revalorada. Y si bien hay quien diría que el director no tiene ya nada que demostrar después de hitos como El Padrino, para Ford Coppola la aceptación de una obra por la que luchó tantas décadas, todo parece ser cuestión de orgullo.

«En 20 años será una película imprescindible», escribió en su cuenta de X el escritor español y autor de El Mejor Libro del Mundo. Y en el improbable caso de que Coppola leyera esto o alguna reseña parecida, seguro no le caería en gracia…¿ o sí?

Megalópolis, la película más importante del año, para bien o para mal. Foto: Cortesía.

¿De qué trata Megalópolis y por qué es una película difícil?

Megalopolis se desarrolla en un distópico Estados Unidos, con una metáfora descarada hacia la Roma clásica. Nueva York es el escenario de un relato en clave de ciencia ficción (moderada) sobre los sueños y la ambición, en la que los protagonistas debaten si continúan con el mismo modelo o cambian hacia un nuevo orden, lo cual implicaría un movimiento radical. Los disruptivos están encabezados por César Catilina, un artista interpretado por Adam Driver, quien se nos presenta como una especie de Prometeo que está en pugna por el conservador alcalde Franklyn CiceroGiancarlo Esposito — por querer cambiar el sistema. El conflicto se complica cuando Julia Cicero (Nathalie Emmanuel), la hija del alcalde, se enamora de César y debe tomar partido.

Pero de qué trata la película, a estas alturas es lo de menos. Lo mismo el elenco, a nadie le importa, sólo quieren inmolar a Coppola. Adam Driver,  Giancarlo Esposito, Nathalie Emmanuel, Aubrey Plaza, Shia LaBeouf, Jon Voight, Laurence Fishburne, Talia Shire, Jason Schwartzman, Dustin Hoffman y Chloe Fineman son el cast que cualquier director consagrado o no, envidiaría.

Nathalie Emmanuel brilla en Megalópolis. Foto: cortesía.

Del pobre de Adam Driver nadie habla, ni tampoco nadie dice que es el primer gran papel de Aubrey Plaza, la chica rara de la comedia Parks and Recreation, quien de la TV y el cine indie, aunque ahora está dando de que hablar con Agatha All Along, debuta en una película de Coppola. Nadie habla de Shia LaBeouf ni de Dustin Hoffman…Bueno sí, y quizás ahí resida también parte del problema para Coppola. A continuación el porqué esa decisión incide en el anunciado fracaso de Megalópolis.

Las polémicas de Megalópolis

Y es que la inclusión de actores como el mencionado LaBeouf solo ha contribuido a que las críticas extra-cinematográficas a la película, pesen sobre la calidad de la propuesta. El actor está vetado de Hollywood tras las acusaciones de abuso de parte de su ex, la actríz y música FKA Twigs. A Coppola hecho también se le ha acusado también de conducta sexual inapropiada durante el rodaje de Megalópolis, como reportó The Guardian, en el sentido de que abrazaba y besaba de forma poco respetuosa a algunas de las actrices. «Puede parecer una locura decirlo, pero había momentos en los que todos estábamos parados y preguntándonos: ‘¿Este hombre ha hecho alguna vez una película?, dice parte de las declaraciones de testigos anónimos que también acusan al director de haber perdido el control de la filmación.

Lo cierto es que la inclusión de algunas figuras hoy denostadas por acusaciones de conducta sexista como el mismo Dustin Hoffman que ha sido señalado y cancelado hace pocos años, como registra la BBC. O acusadas de racismo como el ultraderechista Jon Voight, tiene una razón de ser que el mismo Coppola aclaró. Al parecer, no quería que Megalópolis fuera una producción woke: «No quería es que se nos considerara una producción de Hollywood que sermonea a los espectadores», confesó en Rolling Stone. «El elenco tiene personas que fueron canceladas en un momento u otro. Había personas ultraconservadoras y otras extremadamente progresistas políticamente. Pero todos estábamos trabajando juntos en una película. Eso es interesante«, zanjó. Pero quizás no contabilizó que esta postura iba a jugar en su contra y que se iba a hablar más de eso que de la misma película. Al menos no invitó a Woody Allen a hacer un cameo porque ya hubiera sido una provocación.

Francis Ford Coppola en el rodaje. Foto: Cortesía.

Por si fuera poco, recientemente se publicó un nuevo trailer en el que el mismo director ironizaba sobre las películas incomprendidas, obras maestras que supuestamente habían sido menospreciadas en su estreno. “Una película descuidada y autoindulgente”, “No sabe lo que quiere ser”, decían algunas de esas frases que buscaban mostrar que Megalópolis era de esa estirpe, ya que las películas referidas eran cintas del mismo Coppola. Cuando se comprobó que esas citas eran falsas, el promocional fue retirado.

Megalópolis: Un proyecto de pasión

Lo cierto es que a sus 85 años de edad, el cineasta ha logrado materializar uno de sus sueños de vida, uno que venía acariciando desde la década de los 80, y al que describía como un proyecto de pasión. En 1982 se estrenó una gran película que en ese momento, presentó a una camada de talentos que muy pronto se harían estrellas de Hollywood: The Outsider con Ralph Macchio, Patrick Swayze, Emilio Estevez, Tom Criuse y Rob Lowe, entre otros. Y fue recientemente Rob Lowe quien abrió la boca y reveló que Coppola ya hablaba de este proyecto desde esos años, mientras filmaban esa película. Es decir, el director lleva 4 décadas maquinando Megalópolis, ¿cómo podría no afectarle que la película se desmoronara o que parte de la crítica, con indulgencia, le diga que «quizás» en 20 años la gente la entienda?

El mismo Coppola en su rueda de prensa en Cannes que aquí puedes ver completa, ironizó al respecto: “Espero estar aquí dentro de 20 años”, dijo, y dejó claró que no se retirará con Megalópolis: “Ya estoy escribiendo una nueva película».

Aubrey Plaza en el gran papel de su vida. Foto: Cortesía.

Pase lo que pase con Megalópolis, estamos ante una obra arriesgada y apasionada de parte de un director que ya es una leyenda. Por eso, y porque de su éxito o fracaso depende que el cine clásico —ese que marcó una era—, siga siendo vital en la industria, estamos ante la película más importante del año, y lo decimos desde el punto de vista meta-cinematográfico. De su triunfo o caída, depende que los directores de antaño —los que aún sobreviven— continúen siendo revelantes.