Con el cierre de su sexenio, podemos hacer un balance panorámico del legado de Andrés Manuel López Obrador al frente de la presidencia de México. Como ocurre con toda figura pública de gran calado, su paso por el poder ha dejado tanto luces como sombras. Pero es justo en esos extremos, más allá de la figura mediática y del personaje que polariza, donde podemos encontrar al verdadero AMLO. El tabasqueño asumió el papel de caudillo con soltura, lo que ha llevado a que se le perciba como todo: desde dictador hasta «Mesías Tropical«, apodo que el historiador Enrique Krauze popularizó. Incluso, algunos lo ven como un héroe político de estos tiempos.
Amor y Odio en Tiempos de AMLO
En internet, las posturas hacia AMLO oscilan entre la idolatría y el repudio. En plataformas como Quora, un usuario se atreve a preguntar: “¿Merece López Obrador ser fusilado por traidor a la patria?”. El abanico de preguntas en esa plataforma va desde lo brillante hasta lo terrorífico, como este caso. AMLO ha sido un personaje que genera pasiones profundas, desatando tanto un odio visceral como una empatía incondicional. Pocos se mantienen indiferentes, y muchos han tomado partido. Por ejemplo, el músico El David Aguilar le dedicó una canción titulada «De abajo para arriba«, un homenaje a López Obrador al concluir su mandato. Aguilar, nominado 11 veces al Latin Grammy sin ganar, parece identificarse con AMLO, quien también tuvo que luchar en tres elecciones antes de llegar al poder.
Hechos: El Personaje Que Desata Pasiones
El fenómeno de AMLO no solo se refleja en las urnas o en la política; también ha dejado huella en la cultura popular. Durante su mandato, el pueblo—ese ente de mil rostros, como lo llama él—abarrotó el Zócalo en eventos masivos, e incluso lo despidió con un desfile. Ningún otro mandatario mexicano ha tenido figuras de peluche en su honor, como los «Amlitos» coleccionables. Mientras tanto, de otros expresidentes como Carlos Salinas de Gortari, se hicieron piñatas y máscaras para Halloween. Esto refleja un vínculo singular entre AMLO y sus seguidores, donde lo simbólico se vuelve tangible.
Mitos y Realidades del Sexenio
Los mitos alrededor de su figura son muchos. Unos lo elevan como el líder que pudo derrotar al PRI y al PAN, mientras que otros lo critican por haberse convertido en lo que siempre denunció. Además, algunos lo acusan de tibio por no posicionarse claramente en temas como el aborto o el feminismo, mientras que otros le agradecen que su gobierno desbancara al PRD, un partido que terminó alineándose con la derecha. El repudio hacia AMLO viene sobre todo de sectores aspiracionales, aquellos que compraron la propaganda de derecha que afirmaba que México se convertiría en otra Venezuela bajo su mandato. Incluso la izquierda moderada lo criticó, acusando a la Cuarta Transformación de practicar un socialismo que, para muchos cubanos con acceso a internet, resulta casi risible.
Otro terreno, este completamente minado en su contra, sigue siendo Twitter. Es decir X. Se trata de una zona completamente desbordada en la que los opositores a su gobierno y a la continuidad de la llamada 4T, hoy en manos de Claudia Sheinbaum, solían y suelen descargar sus puntos de vista radicales. El tema AMLO en X es un campo de batalla, uno que la oposición en México no alcanzó a comprender que no era suficiente conquistar para ganar en las urnas.
El club del odio contra el ex presidente se logró posicionar varias veces en X sobre todo en el último año del gobierno mediante el hashtag #NarcoPresidenteAMLO.
La tendencia, alimentada por comentaristas como el denostado Pedro Ferriz de Con o el periodista Loret de Mola no influyó en las pasadas elecciones. La clase media mexicana según reportaron varios medios como El Financiero en su momento, target de la oposición, votó por Morena, el partido que le dio continuidad al proyecto de Obrador.
¿Un Peligro para México? El Balance Final del Sexenio de AMLO
Con la salida de AMLO de la presidencia, es momento de hacer un balance de su mandato. ¿Fue realmente un «peligro para México», como lo afirmaba la campaña financiada por Vicente Fox en 2006, repetida incansablemente durante los años siguientes y replicada por un amplio segmento de la población y la comentocracia? Si bien esa narrativa fue predominante en ciertos sectores de la sociedad, los resultados al final de su sexenio ofrecen una imagen más matizada.
En el ámbito de la lucha contra la pobreza, AMLO deja cifras que respaldan un avance significativo. Bajo su mandato, el salario mínimo tuvo un aumento histórico, pasando de 88 pesos diarios en 2018 a 248.93 en 2024, lo que representa un incremento neto del 182.9%. Este ajuste no solo fue simbólico, sino que tuvo un impacto real en las condiciones laborales de millones de mexicanos, mejorando el poder adquisitivo de los trabajadores en un 39.8% aproximadamente. Para muchos, este es uno de los logros más palpables de la llamada Cuarta Transformación, ya que el rezago en el salario mínimo había sido un problema crónico en el país.
Además, los programas sociales implementados por su gobierno—como Jóvenes Construyendo el Futuro y las pensiones universales para adultos mayores—fueron un pilar fundamental de su popularidad. Estos programas no sólo cumplieron con su objetivo de aumentar el bienestar de sectores vulnerables, sino que también resultaron ser clave en la victoria electoral de Morena en las elecciones posteriores. En cifras, se estima que estas iniciativas evitaron que más de 5 millones de personas cayeran en la pobreza extrema, un logro considerable en un país donde las desigualdades históricas han sido profundas y difíciles de superar.
El Zócalo, tradicional escenario de manifestaciones políticas, se convirtió en el corazón del apoyo popular a AMLO, donde decenas de miles de personas acudieron a expresar su respaldo en eventos clave de su gobierno. Este símbolo de su conexión con el «pueblo»—como él lo llama—refleja una base social sólida que no solo lo siguió durante su mandato, sino que lo despidió con fervor al final de su sexenio.
El Costo Fiscal de los Programas Sociales
Sin embargo, estos logros no estuvieron exentos de costos. El financiamiento de los programas sociales, aunque aplaudido por muchos, dejó también algunos daños colaterales. La ejecución de estos programas y el incremento del gasto público resultaron en un déficit fiscal que, según El Economista, es el más alto de los últimos cuatro sexenios. La situación fiscal de México, si bien no alcanzó niveles críticos durante su administración, sí deja interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de estos programas sin generar mayores ingresos públicos.
El manejo de las cuentas hacendarias, por otro lado, ha sido reconocido por diversos medios como responsable, manteniendo un control relativamente estricto del gasto público en otras áreas para evitar un desborde del déficit. Sin embargo, el debate sigue abierto: mientras algunos analistas destacan el enfoque comunitario de AMLO y su política de austeridad republicana, otros señalan que el incremento en el gasto social sin una reforma fiscal estructural podría llevar a futuros gobiernos a enfrentar dificultades para mantener las mismas políticas sin aumentar la deuda pública.
Proyectos Emblemáticos: ¿Éxito o Fracaso?
El Tren Maya, uno de los proyectos más ambiciosos y controvertidos de la administración de AMLO, ha sido tanto un símbolo de esperanza para el desarrollo del sureste mexicano como una fuente de preocupación ambiental. Presentado como una infraestructura clave para fomentar la agricultura industrial y el turismo en las regiones indígenas y rurales de la península de Yucatán, su objetivo declarado es sacar de la pobreza a una de las zonas más rezagadas del país. El gobierno prometió que el tren impulsaría la economía local mediante la creación de empleos y la atracción de turistas hacia las comunidades rurales.
Sin embargo, organizaciones como Greenpeace y otros activistas ambientales han alzado la voz en contra del proyecto, advirtiendo sobre sus posibles efectos devastadores en los ecosistemas de la región. La tala de selvas, la perturbación de zonas arqueológicas y la amenaza a especies endémicas son algunos de los principales puntos de conflicto. Según los expertos, los verdaderos efectos del Tren Maya no se sentirán de inmediato; tardarán años, e incluso décadas, en manifestarse completamente. Este punto añade un nivel de incertidumbre, pues las promesas de desarrollo económico podrían no compensar los daños ambientales a largo plazo.
El impacto mediático también ha sido significativo. Figuras públicas como el actor Eugenio Derbez expresaron su oposición al Tren Maya, lo que desató una serie de ataques en redes sociales, donde fue tildado de «pseudo ambientalista» y «activista de ocasión» por algunos usuarios, quienes lo acusaron de oportunismo. incluso músicos como el cantante de Café Tacvba, Rubén Albarrán, enviaron una carta al entonces presidente donde le pedían considerar el daño ecológico.
Por otro lado, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), una de las obras más mediáticas de la administración, ha sido blanco constante de críticas. Inaugurado con gran pompa, la obra fue concebida como una solución a la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), pero en la práctica, ha sido calificado como un «elefante blanco». La falta de conectividad eficiente con el centro de la capital ha limitado su uso, y la infraestructura que rodea la terminal sigue siendo insuficiente para competir con la centralidad y accesibilidad del AICM.
No obstante, recientemente el proyecto ha recibido un impulso inesperado con el interés de Elon Musk, quien sugirió la posibilidad de construir una planta armadora cerca del aeropuerto, lo que podría revitalizar la economía de la zona. Los medios han reaccionado de manera diversa. Eje Central llegó a publicar una nota en tono irónico insinuando que, en realidad, lo que se construirá será una «plataforma estratégica para lanzamientos espaciales«, reflejando el escepticismo que aún rodea el proyecto. Además, la administración de AMLO ha buscado responder a las críticas sobre la falta de conectividad del AIFA con la construcción de un tren que lo conectará con el estado de Hidalgo y otras entidades del país. Esta obra, promovida por su sucesora Claudia Sheinbaum, promete aliviar los problemas de transporte y mejorar el acceso al aeropuerto, aunque la viabilidad del proyecto aún está por verse.
La relación con Estados Unidos y el mundo
La carta en la que AMLO solicitó al Rey de España que pidiera perdón por la colonización, fue uno de los momentos álgidos de la diplomacia mexicana. No tanto como el ridículo de Vicente Fox pidíendole a un malicioso Fidel Castro «comes y te vas». Esto, para que no coincidiera con George Bush en la Cumbre de la ONU del 2002. La Unión Europea mediante un comunicado, apeló a superar el trance el «trabajar juntos por un futuro mejor»
Con Argentina no hay buena relación, tras los desencuentros con Milei, quien lo llamó ignorante en X.
Por otro lado, la polémica reforma judicial heredada de AMLO (y que ya analizamos en esta páginas y puedes leer aquí) también dejó, al final de su mandato, roces con las embajadas de Estados Unidos y Canadá: “La relación con los gobiernos continúa, con Canadá y con EE.UU. es nada más con las embajadas, y en especial con el embajador de Canadá y de EE.UU. Porque no les corresponde opinar sobre asuntos que sólo competen a los mexicanos. Es un asunto de respeto a nuestro país”, dijo López Obrador en su tradicional conferencia, en el contexo de la discusión de la mencionada legislación.
La presencia de Jill Biden en la toma de protesta de Claudia Sheinbaum y el mensaje de Joe Biden fueron reveladores. «Estados Unidos está comprometido a continuar trabajando con México para lograr el futuro democrático, próspero y seguro que los pueblos de nuestros dos países merecen», dice el comunicado publicado en la web oficial del gobierno estadounidense.
AMLO se fue a La Chingada
Literal. Así bautizó el ex presidente a la finca ubicada en Palenque, Chiapas donde a sus 70 años, aseguró que se retiraría de la vida pública tras el fin del mandato. “Me enteré de que me van a esperar a Palenque. Saben qué, no me voy a ir a Palenque, me voy a aclimatar unos días aquí, y ya de aquí me voy, para que no estén esperando”,, reveló en su última conferencia de prensa como presidente.
¿Pasará mucho tiempo para que México deje de hablar de AMLO? No lo sabemos, pero por lo pronto ayer, ya le compusieron un corrido bélico. Su descripcion en redes sociales sigue diciendo «Presidente de México», pero antes de que sus detractores se indignen, desde hace algunos días dice claramente el periodo: 1ro de diciembre de 2018-30 de octubre de 2024. Al parecer, la dictactura más corta de la historia.
