Sin duda alguna el COVID-19 ha venido a cuestionar nuestra forma de vida como individuos y cómo sociedad. Actualmente la historia se escribe considerando una situación que quizá en el imaginario colectivo sólo era propia de la ficción.
Esta pandemia nos ha parado en seco para analizar cuestiones que anteriormente se habían planteado. El crecimiento económico constante no nos había permitido parar a ver que sucede en nuestra sociedad a nivel humano. Ahora, COVID-19 nos exige cuestionar profundamente nuestra forma de vida en general. El aislamiento sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) está provocando cambios en nuestro mundo, especialmente en la manera de trabajar, la educación y las relaciones humanas.
La tecnología como herramienta para afrontar el paro de labores
Aunque no es la primera pandemia que la humanidad atraviesa, definitivamente es la primera vez que se experimenta una situación de este tipo en un mundo globalizado. La tecnología está ayudando a generar conexiónes humanas, sin contacto físico. Esto hace que la información fluya más eficientemente.
La tecnología ha revolucionado la economía mundial. Dependemos casi por completo de ella para mantener el ritmo y la estabilidad. El Internet te permite hasta seguir generando actividad comercial en cualquier móvil. Por esta razón muchas empresas y centros educativos han apostado al trabajo remoto y a la educación virtual como una manera de mantenerse activos. Y así mitigar la pérdida económica y la continuidad en el aprendizaje de miles de alumnos impedidos de asistir a su centro educativo
La adaptación al trabajo remoto y educación a distancia
Aunque el trabajo y educación a distancia no son medios nuevos, para muchos ha sido compleja la adaptación a esta modalidad; ya que la interacción laboral y educativa es muy distinta a la que normalmente se desarrolla en las oficinas y escuelas. Especialmente por tener mayor cantidad de distractores como la familia, las labores domésticas, el ruido, y la falta del equipo adecuado, entre otros. Incluso en muchos casos, puede haber más de una persona haciendo sus actividades al mismo tiempo y en el mismo lugar lo cual reduce la productividad.
Los ejemplos más contundentes son las madres y padres que además del deber laboral, también deben ayudar a sus hijos con las tareas escolares.
De acuerdo a las redes sociales, esta situación ha sido realmente frustrante y estresante para muchos padres de familia pues la carga laboral, escolar y doméstica han aumentado. Con el trabajo remoto y la educación virtual la situación se ha tornado difícil por el traslape de horarios y la falta de espacio y herramientas para todos.
Gente real adaptándose al trabajo remoto
Angélica Solís, Project Manager en la empresa Principal Global México, siempre ha sido partidaria del trabajo remoto. Aunque debido a las llamadas y videoconferencias que debían realizar en casa, fue complicado compartir el mismo espacio con su pareja. Por lo que optaron por acondicionar un área del hogar exclusivamente para el trabajo. Y organizar sus tiempos para que ambos pudieran desempeñar sus actividades, lo cual les ha dado un buen resultado. Gracias a esto, Angélica ha encontrado en esta modalidad de trabajo una excelente oportunidad para desarrollarse como Blogger y realizar actividades como yoga y meditación en su tiempo libre.
Los héroes y heroínas que sostienen a la sociedad en tiempos de pandemia
Es importante ser conscientes que quienes podemos realizar nuestras actividades desde casa, somos una minoría que goza de un gran privilegio. Ya que millones de personas están obligadas a salir para llevar sustento o para que la población siga teniendo los servicios y bienes básicos a su alcance. En especial médicos y enfermeras que arriesgan su vida al atender pacientes infectados. Agricultores y empleados de supermercados que siguen trabajando para proveer alimentos. Trabajadores de servicios básicos como agua, luz y comunicaciones, entre otras profesiones esenciales para nuestra supervivencia. Es importante reconocer y agradecer a todos ellos por su labor tan indispensable y necesaria para sobrellevar la crisis
Fuente: Archivo de Presidencia.
¿Cómo estamos apoyando a nuestra comunidad?
Algunas personas han optado por fortalecer el mercado local. Consumiendo los bienes y servicios de comercios que han dado la opción de entrega a domicilio y ventas por internet; lo cual incentiva a la población a respetar el aislamiento.
Marla Vargas quien dirigen su cafetería en Morelos, ha optado por realizar únicamente ventas a domicilio. Considerando las medidas sanitarias que exigen las instancias correspondientes. Así como evitando exponer a sus trabajadores proporcionándoles transporte diariamente desde sus domicilios hasta su centro de trabajo. Y pagando sus sueldos y prestaciones íntegras a pesar de la baja en sus ventas derivadas de la situación.
No todos los comercios sobrevivirán
Algunas empresas han optado por enviar a sus trabajadores a casa con goce de sueldo, desafortunadamente no ha sido el caso de todas. Ya sea por falta de recursos económicos para solventar nóminas, o por miedo a pérdidas monetarias insostenibles, esto aunado al pago obligatorio de impuestos.
¿Serán la empatía, la tecnología correctamente enfocada y la adaptación al cambio, las claves para superar esta pandemia?
Desde una particular opinión, es preciso que utilicemos este momento para discernir la manera en que llevaremos nuestro estilo de vida de ahora en adelante. Sobre todo a qué tipo de empresas deberíamos consumir y la manera en la que éstas se manejan. La organización de nuestro tiempo, la atención que estamos poniendo a nuestras familias y qué tan sana es la convivencia con ellas. Pero sobre todo, abrir un espacio en nuestras vidas para la reflexión sobre cómo podemos ayudar al mundo empezando por nuestra comunidad, a través de nuestras acciones y cómo éstas repercuten en los demás de manera individual y colectiva.
Claves para superar la pandemia: adaptabilidad y empatía
Dentro de unos años, cuando recordemos este capítulo de la historia y nos cuestionemos qué tipo de personas fuimos y cuál fue nuestro comportamiento, quizá nos haga sentir mejor saber que fuimos quienes apoyaron a su comunidad, se aislaron responsablemente y tomaron las precauciones necesarias. Y no quienes continuaron saliendo y exponiéndose sin necesidad arriesgando la vida de miles.
No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco el más inteligente, es aquél que es más adaptable al cambio.
Charles Darwin;
Lo mismo para las empresas, si decidieron pertenecer o convertirse en aquellas que apoyaron a sus trabajadores en la medida de sus posibilidades, a las que innovaron sus estrategias de ventas para sobrevivir, a las se adaptaron a las nuevas tecnologías como herramientas de venta, o a las que decidieron seguir operando sin necesidad y propiciaron la violación al aislamiento.
Considero que todo va en función de la empatía que el ser humano es capaz de sentir. Pues esta característica es las que nos impulsa a ayudar a otras personas y a crear redes de apoyo social.
Escritores como Jeremy Rifkin, divulgador en el ámbito económico, social, cultural y de tecnología, sostiene en su libro La civilización empática: que el ser humano es una especie naturalmente empática y que, gracias a ello, se han generado civilizaciones cada vez más fuertes y avanzadas a lo largo de la historia, argumentando que las nuevas tecnologías han contribuido a despertar en cada vez más personas, lo que él llama la consciencia empática.
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Muy acertado el punto de vista, estamos en constante cambio y la adaptación a él nos lleva a muchos a pensar sobre las prioridades y enfoque que debemos de tomar como humanidad. El sistema económico deberá sufrir una reingenieria, así como el ponernos a pesar que valor deberemos dar al dinero; si seguir divididos en gobiernos políticos o en reforzar a las organizaciones privadas en beneficio de la población mundial.