¿Cuántos de ustedes vieron a inicio de año al COVID-19 muy alejado de México? O ¿Qué era un bicho ajeno a nosotros, que aquí no llegaría?. Confieso que yo fui una de esas personas quien, no subestimaba su peligrosidad, pero tenía la confianza en que países tan avanzados lo contendrían y no se esparciría por todo el mundo. No tomé en cuenta un factor muy importante: el COVID-19 viaja, y viaja a través de las personas, de los aviones, de los barcos y de las carreteras.
Es así como el mismo desplazamiento, por placer o negocios, contribuyó con una parte importante, a que un 11 de marzo de 2020 la OMS lo declarara una pandemia. Lo recuerdo muy bien, ese día fue de 48 horas para mi, ya que la hecatombe comenzó con vuelos cancelados, gente varada en las fronteras de Europa, evacuaciones de emergencias, etc.
El turismo fue la primera actividad frenada por el COVID-19, y será la última en activarse.
Entonces el turismo y toda su cadena de valor se convirtió en la primera actividad económica que se vio noqueada. Y a decir de muchos será la última actividad en recuperarse. Los viajes antes y después de esta pandemia no regresarán a la normalidad que conocíamos apenas hace unos meses. Esta vez, no caeré en el error de pensar que “la nueva era del turismo” se dará a largo plazo. No, esa nueva era ya está aquí, es real y llegó para quedarse. En los últimos 50 años, no se había visto una crisis de esta índole. Esta pandemia no tiene precedentes, es global y afecta a todos los sectores.
Cuando me preguntan ¿Crees que vamos a poder viajar ya en septiembre?, contesto de manera cautelosa y ambigua con un: “Esperemos que sí y que el mundo nos dé permiso de hacerlo”.
Daphne Flores
La respuesta se podrá dar certeramente; en la medida en que la gente pueda viajar. Cuando existan lugares en donde el riesgo de infección sea mínimo. Y en la medida en la que las fronteras se vayan abriendo.
No es una cuestión de política, es de salud, de cuidarnos unos a otros.
En el Summit: El Virus que paralizó al turismo, organizado por el Periódico El Financiero. Los expertos coincidieron que el reanudar el turismo no va a ser cuestión de política, sino, dependerá de dos factores:
1.- El estabilizar los riesgos de contagios para todos.
2.- El levantamiento de las restricciones, unidas a protocolos internacionales, efectivos y prácticos, que abonen a la confianza de la gente.
Con estos panoramas, expertos del ramo: dueños de agencias de viajes, CEO’s de aerolíneas etc. También coinciden en que la reactivación se dará en una primera instancia al turismo de corto alcance. Es decir, al local, posteriormente al nacional y después dentro de la región continental.
Tenemos que enfocar nuestros esfuerzos hacia el turismo nacional, estadounidense y canadiense. El turismo tendrá que reinventarse, siendo creativos y agresivos en el corto plazo. Con acciones que ayuden a cuidar y a reactivar la cadena de suministros.
Miguel Torruco, Secretario de Turismo del Gobierno Mexicano
Turismo local, en familia y por carretera: dependerá de las garantías de seguridad que las compañías de autobuses ofrezcan
Dentro de esta reinvención, estará la de crear productos turísticos en nuestros estados. Y que la derrama económica se quede con los locales. Después de este aislamiento, desearemos salir a visitar a la familia, a ranchos, a pueblos mágicos o a playas cercanas. Esto no tendrá éxito si la seguridad en las carreteras no se garantiza. Y si las compañías de autobuses no re-configuran sus corridas y capacidad de plazas.
La re-configuración en los viajes en avión ya comenzó.
La conectividad aérea en estos momentos es casi nula. A excepción de las pocas frecuencias nacionales, y de los vuelos humanitarios o de repatriación. Por ejemplo, como primer etapa, Aeroméxico está explorando la posibilidad de no vender el asiento del medio en los vuelos, para respetar la sana distancia. Y a partir del 10 de mayo, es obligatorio para todos los pasajeros llevar su cubre boca, si no, les negarán el abordaje.
Hoteles vs shared economy: las nuevas garantías que deberán ofrecer a los turistas para el hospedaje
Los nuevos estándares para decidir en dónde hospedarte serán: sanitización y masificación. La decisión de compra en las estadías ya no será por estrellas, servicio o comodidad. Incluso anticipamos que habrá un público que buscará una certificación Covid-free en los hoteles para sentirse más seguros. Y otros que buscarán baja densidad de turistas. Se pronostica una oportunidad para los hoteles boutique, villas o Airbnb que cumplan con las normas de higiene.
Viajar ¿será artículo de lujo?: bajará la rentabilidad o aumentarán los precios
Muchos “turisteros” vemos este año como perdido. Consideramos que habrá la misma oferta pero poca demanda. La caída de los precios, que ya se está viviendo, y la poca venta regirán en el corto plazo. Se vislumbra que la rentabilidad seguirá bajando y con ello la caída de los precios continuará. Entonces, toda la cadena turística deberá acostumbrarse a tener un margen muy pequeño de ganancia, pero que permita que el negocio siga vivo.
Sin embargo, se ha alertado que algunas líneas aéreas están a punto de quebrar y que otras están suspendiendo rutas. Por otro lado, a mediano plazo, se especula que los precios de los boletos de avión se dispararán. Ya que al no vender esas plazas vacías impactarán en los precios que finalmente absorbería el mismo usuario.
¿Visas sanitarias? probablemente sea un nuevo requisitos migratorio y de sanidad
No podemos dejar de lado la medidas y protocolos internacionales para entrar a otro país. Se está madurando, en el tema internacional, el proponer visas sanitarias que nos van a acreditar como viajeros saludables. Durante la pandemia ya se tomaron acciones, que sin duda, son la antesala de estas precauciones. Por ejemplo, en China quienes llegaron al país fueron puestos en cuarentena.
Masificación y densidad, dos factores que viajeros y secretarias de turismo deberán tomar en cuenta
Sin duda con esta nueva visión del mundo, los viajeros escogerán lugares con menos concentración de personas. Y las secretarias turísticas de cada país tendrán que trabajar en bajar la sobre explotación y masificación de sus sitios turísticos. Por ejemplo, si hace apenas 3 meses entraban 4 mil personas diarias a Machu Picchu, ahora Post-Covid, esa cantidad en teoría tendrá que bajar considerablemente.
Volveremos a viajar, pero no será igual a como solíamos hacerlo
La recuperación será gradual y lenta. Por lo tanto, la declinación de varios proveedores de la industria cambiará su forma de competir. Y la digitalización del turismo global creará un renacimiento de los actores. Es un hecho que se impulsará más el factor tecnología para la lucha contra el virus.
Proteger la salud será la clave. La mentalidad de todos debe cambiar post COVID-19. Así como es una crisis global tenemos que compartir de manera global reglas para un viaje seguro. La disciplina y el sentido común deberá regir en esto. No estamos aislados ni inmunes.
No hay crisis sin evolución. Estamos con la esperanza de que todas las industrias saldremos fortalecidas de esta sacudida.
Daphne Flores
El mundo de los viajes tendrá que adaptarse a esta nueva normalidad. De chequeos biométricos, de viajes con maletas desinfectadas, de túneles sanitizantes, de tests rápidos y de encierros programados mientras tomamos conciencia y respeto de nuestro mundo ante la pandemia, o hasta que se encuentre una vacuna. Lo que suceda primero.
De hecho, a mí me gustaría que fuera la conciencia y el respeto lo que nos hiciera mejores viajeros.
¡Buen Viaje!
