Seré muy sincera, cuando vi el roster de México para la edición 2023 del Clásico Mundial de Béisbol, no tenía grandes expectativas, pues varias razones hacían que el panorama no “pintara” para nada alentador: El mal sabor de boca de lo sucedido en el 2017 en su propia casa, la baja sensible de peloteros significativos, aunado a la nostalgia de aquel equipazo de 2006 plagado de estrellas como Vinicio Castilla, Rodrigo López, Antonio Osuna, Juan Gabriel Castro, Karim García, Adrián González y el ahora mánager Benjamín Gil, quien venía con la “mala fama” de que no le iba nada bien dirigiendo en torneos internacionales, siendo la experiencia más reciente los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, en donde el representativo mexicano comandado por él no ganó ni un solo juego.
¿Equipo de campeonato?🇲🇽
— Antonio de Valdés (@adevaldes) February 10, 2023
MLB reveló el roster de 30 peloteros que representarán a Mexico en el Clásico Mundial de Béisbol 2023.⚾️https://t.co/cpkVGblRRs
El pronóstico del “ya merito” parecía cumplirse luego del debut atropellado del combinado mexicano a manos del conjunto colombiano, ante el que cayeron 5-4 en extra innings, ¿cómo era posible que se perdiera ante dicho equipo?, el que en teoría era uno de los “fáciles” de los que enfrentaría en su grupo, pues los otros rivales eran Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña (otro supuestamente sencillo, pero con el que batallaron seriamente y apenas vencieron 2-1.
Aunque, contra Estados Unidos, la cosa se puso “bomba”, pues los de la escuadra de las barras y las estrellas fueron duramente castigados por los aztecas, que los dominaron 11 carreras por 5, en tanto que, con los de la hoja de maple salieron avantes 10-3, consiguiendo así, el liderato absoluto de su grupo, algo poco pensado o imaginado de lograr antes del torneo.
Lo anterior, fueron más que números: “Los hizo clasificar a cuartos de final ante un poderosísimo Puerto Rico”, al que remontaron de manera épica luego de un 4-0 en contra. Esto les valió para avanzar por primera vez en la historia de este campeonato a la fase de semifinales, (algo nunca antes visto para una selección mexicana mayor de un deporte profesional de conjunto en un Mundial).\
El triunfo histórico de México en el Clásico Mundial de Béisbol
México hizo soñar a sus aficionados que estuvieron al filo de la butaca desde sus televisores. Se registró un récord de 5.3 millones de espectadores en la antesala del campeonato ante Japón, donde se quedaron en el camino 6-5. Fue una derrota bastante dolorosa, pero que nos dejó con una sensación de orgullo por lo demostrado en el terreno de juego por los 30 guerreros aztecas que nos representaron. La garra y entrega fue simple y sencillamente hermosa, además que, desde la década de los 80’s, el béisbol no había despertado tanto interés por parte del público mexicano y mucho menos en televisión abierta, por lo que se podría decir que se dio un paso agigantado en ese aspecto y por supuesto en lo deportivo.
Qué decir de las sólidas actuaciones en la loma de los disparos de los lanzadores Tijuan Walker, Patrick Sandoval Javier Assad y Giovanni Gallegos (aunque al último no la pasó bien), del poder de Joey Meneses e Isaac Paredes con el madero, del oportuno Luis Urías y de las atrapadas al estilo Superman de Randy Arozarena, cubano naturalizado mexicano por decreto presidencial que se convirtió en toda una sensación por su manera espectacular de resguardar el fondo del jardín izquierdo, dejándonos a más de uno con la boca abierta, al grado de que leyendas del rey de los deportes como el Big Papi y Alex Rodríguez le pidieran fotografías o el mismísimo Daddy Yankee.
Sin duda, la novena mexicana nos hizo vibrar, pero sobre todo, nos hizo creer que podíamos alzarnos con la gloria ante los grandes de este deporte y aunque las ligas profesionales de este país quieran colgarse todo el mérito.
Así se formó este equipo de béisbol
Los que también deberían acaparar los reflectores son las ligas pequeñas, esas escuelitas que están por doquier a lo largo y ancho de la república mexicana y que sobreviven gracias al apoyo incondicional de los padres de familia, quienes llevan semana a semana a sus hijos en donde desde el graderío, las mamás son las porristas número 1 y los alientan para alcanzar el sueño de llegar algún día a las Grandes Ligas.
Reconocer también al mánager Benjamín Gil y su capacidad de líder, un auténtico motivador con sus peloteros, lo que lo ha convertido en un dirigente ganador, pero también algo necio por “aguantar” más de lo que debe en algunas situaciones, lo que le ha costado partidos como el que vimos el lunes ante los nipones.
Pese a esto, nada que reprocharle, pues de la mano de Rodrigo López (gerente general), Jorge Campillo (roster manager), Vinicio Castilla (coach de banca), los hermanos Bobby y Ever Magallanes, todos con experiencia ligamayorista y ex compañeros con Tomateros de Culiacán, así como el poder femenino de Mariana Patraca (gerente de operaciones) y Maritza Castro (athletic trainer) es que armaron un conjunto que ya hizo historia, una generación prometedora para la edición 2026 en donde tal y como dijo Shohei Ohtani, la superestrella de la selección japonesa, hay que dejar de admirar a los big leaguers rivales, ya que si lo haces, jamás podrás superarlos… Y vaya que no se equivocó, tal vez y algo de esta mentalidad necesitan nuestros paisanos para su siguiente oportunidad.
Aun así, México ya demostró que puede con potencias internacionales y ¿por qué no? Que ya es una de ellas, el talento ahí está. Lo que sí podemos decir es que el béisbol mexicano ya enganchó a miles que estaban enfocados en otras disciplinas, los medios nacionales brindaron atención y una cobertura de primera, se ganaron espacios informativos relevantes y se conquistó a más de uno, haciendo que hasta el día de hoy sigamos hablando de este tri que nos hizo soñar.
Gracias team México, te queremos mucho.
