Vivimos en una era donde la línea entre el entretenimiento y la justicia es muy delgada. Nos enfrentamos a una comunidad digital que busca resolver conflictos utilizando como elemento principal las emociones; sin importar las consecuencias que provocan.
Arquetipo: mujer rubia, edad media, con corte bob, usa flip flops y jeans. Utiliza como arma su privilegio relativo contra las minorías; alegando por infracciones menores, en muchos casos ficticias.
Es una práctica popular de retirar el apoyo [cancelar] a figuras públicas o empresas, después de que hayan hecho o dicho algo considerado desagradable u ofensivo.
Integrando a la cultura empresarial valores de inclusión, inteligencia emocional y resolución de problemas, dentro y fuera del trabajo.
Todos. Perdemos la capacidad de arreglar las diferencias con otros ciudadanos al creer que estamos por encima de la ley o las instituciones. Segundo, generamos una cultura de paranoia, odio e injusticia. Tercero, provocamos falta de tolerancia.
Lisa Alexander, Hilary Thornton, Michael Lofthouse, R. Kelly, Bill Cosby, Kevin Spacey, Ellen DeGeneres, J. Balvin, Amy Cooper, etc.
¿Conoces a Karen? La haz visto en memes y compilaciones de Youtube. Generalmente es una mujer rubia, de edad media, con corte bob, usa flip flops y jeans. Pero lo que realmente distingue a Karen es que utiliza como arma su privilegio relativo contra las personas de color y minorías; alegando por infracciones menores, en muchos casos ficticias. Motivada por el dominio social y su propio beneficio. Karen puede ser cualquier cliente y/o empleado y es extremadamente peligroso. Personas con este comportamiento dan paso a la cultura de cancelación. La herramienta más eficiente para enfrentarlo es prevenir.
Karen usa frases como: «Quiero hablar con tu gerente», «No deberías», «Yo soy la excepción a la regla»,»No lo voy hacer por qué…».
¿Qué es la cultura de la cancelación?
Cultura de la cancelación: inició dentro de la cultura pop, convirtiéndose en un práctica popular de retirar el apoyo [cancelar] a figuras públicas o empresas, después de que hayan hecho o dicho algo considerado desagradable u ofensivo. Son cancelados en su trabajo, núcleo social y comunidad.
Ahora con las redes sociales ya no es exclusivo para famosos. Este efecto es progresivo y polariza a las audiencias. En casos extremos el llamado a la acción de la audiencia es boicotear a la persona en cuestión; y en caso de tener una empresa o marca que la respalde, esta también deberá romper relaciones con la persona cancelada.
Cuida tu marca de Karen y evita ser víctima de la cultura de cancelación
La era de la privacidad terminó con las redes sociales. Aunque la mayoría de las empresas tienen un código de conducta o reglamento interno, hay muchas áreas grises que deben ser atendidas a la brevedad.
- Los trabajadores de una empresa son embajadores de la marca, no importa la posición o nivel salarial. Trátalos por igual.
- Las redes sociales no son una plataforma para hacer catarsis colectiva, menos para temas sensibles.
- Considerar un protocolo de acción ante la posibilidad de que alguno de sus miembros se vea envuelto en una conducta no ética fuera del trabajo.
- Las empresas y marcas deben tener una política clara de cero tolerancia; no solo en el reglamento interno, también debe permear en los principios y valores de la marca.
- Las empresas deben de fortalecer el departamento de Recursos Humanos. El proceso de selección no se limita a un examen psicométrico y pruebas de habilidad; se extiende al desempeño de los trabajadores con sus compañeros y sus interacciones con el entorno. RH también es responsable de capacitar a los empleados en temas de racismo, inclusión, inteligencia emocional y resolución de conflictos, dentro y fuera del trabajo.
Crisis de reputación: casos recientes de personas que actuaron como Karen y fueron canceladas
Lisa Alexander
Mujer americana, aparentemente promedio que decidió llamar la atención del ciudadano afrofilipino James Juanillo por pintar el hashtag #blacklivesmatter con pintura en la barda de una casa. Lisa llama la atención de James de una manera amable cuestionado el porqué pintaba la barda de una casa que no era suya; después de algunos minutos e intercambio de comentarios micro racistas Lisa se va pero su video se hace viral.
En cuestión de horas los internautas descubrieron que Lisa era la CEO de una marca famosa de cuidado para la piel: LaFace. Al ser expuesta en redes sociales, los productos de LaFace fueron retirados de la plataforma BirchBox. Su socio Robert Larkin también fue despedido y prácticamente Lisa tuvo que desaparecer del internet por la cantidad de ataques y amenazas de muerte que recibió.
Hilary Thornton
Un ejemplo de la mezcla mortal entre la actitud Karen y comportamientos racistas. En 2018 impidió la entrada de un inquilino afromericano a su departamento, insinuando que alguien como él no podía vivir en un departamento de lujo. El video se hizo viral y Hilary no solo perdió su trabajo, también perdió a su esposo que curiosamente era afroamericano.
Michael Lofthouse
CEO de la empresa Solid8.io una compañía de TI en Silicon Valley. El ataque de Lofthouse tuvo lugar en un restaurante mientras una familia de asiáticos americanos comían y celebraban. Michael se molestó por el ruido e hizo comentarios racistas, hasta el punto de ser expulsado del restaurante. Días después renunció a su puesto como CEO. Las repercusiones no quedaron ahí, los internautas confundieron a la compañia Solid8.io San Francisco con Solid8 Consulting Ltd ubicada en el Reino Unido; bombardeándoslos con emails y llamadas. La empresa inglesa tuvo que aclarar el malentendido.
R. Kelly, Bill Cosby, Kevin Spacey, Ellen DeGeneres
Después del escándalo mediático por las acusaciones de abuso sexual de menores, el cantante de R&B R.Kelly fue cancelado. Un caso similar es el del icónico comediante Bill Cosby durante el movimiento #metoo y el protagonista de House of Cards Kevin Spacey por acoso sexual. Ellen DeGeneres actualmente enfrenta no sólo la ola de sabotaje en redes sociales, también está en riesgo de perder «The Ellen Show».
¿A quién afecta la cultura de la cancelación?
Todos perdemos. Primero, perdemos la capacidad de arreglar las diferencias con otros ciudadanos al creer que estamos por encima de la ley o las instituciones. Segundo, generamos una cultura de paranoia, sintiendo necesidad de documentar actos racistas o injusticias; y en vez de mostrarlo a las autoridades competentes, lo llevamos a las redes sociales. Dónde otros ciudadanos emiten juicios con un contexto poco claro, lo peor es que intenten impartir justicia por mano propia. Y tercero, sólo generamos más odio hacía cierto grupo de personas; siendo la falta de tolerancia quien provoca la coexistencia pacífica entre todos los seres humanos.
Espero este artículo te sirva, y quisiera conocer tu opinión.
