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La candidata de Morena está en la antesala de la presidencia, ¿lo logrará? ¿Quién es realmente Claudia Sheinbaum y por qué los mexicanos estarían votando por ella?
Elecciones en México 2024: ¿La moneda está en el aire? al menos eso dicen los opositores a Claudia Sheinbaum, pese a que las encuestas más prestigiosas y la opinión pública se han rendido ante la candidata oficial y la mantienen con una ventaja que la coloca en la antesala de la presidencia. “Falta el trámite de las elecciones”, comentó en una entrevista, en un arranque que muchos tacharon de arrogante, pero que sus simpatizantes aseguraron que fue de sinceridad y seguridad en el proyecto (en otra plática con la prensa, ella se justificó diciendo que sólo estaba bromeando)
¿Las razones de su crecimiento? Varias. La continuidad de la llamada Cuarta Transformación y el buen nivel de aprobación de su antecesor, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no obstante ser un personaje polarizante (la gente lo odia o lo ama) entre la sociedad mexicana, ha dejado plantada la semilla de la sucesión que al parecer, fructificará. Claro, aunque a muchos de sus seguidores les pese aceptarlo, el apoyo oficialista es otro factor a enumerar.
¿Quién es Claudia Sheinbaum?
Claudia Sheinbaum Pardo, su nombre completo, nació el 24 de junio de 1962 y actualmente está casada con Jesús María Tarriba. La candidata tiene dos hijos: Mariana Imaz Sheinbaum —su única hija biológica—, y Rodrigo Imaz Gispert, a quien educó desde niño aunque es sólo hijo natural de su anterior esposo. Esta mexicana que se define como “no religiosa” y que proviene de ascendencia judía, es la segunda hija de un matrimonio conformado por Carlos Sheinbaum Yoselevitz, cuya familia es de origen lituano (y que llegó a México en los años 20 del siglo pasado, es decir, hace un siglo) y de la señora Annie Pardo, cuyos ancestros provienen de Bulgaria y llegaron a América hace décadas huyendo del Holocausto nazi (curioso que la revista Siempre! la relacionara con el nazismo en una polémica portada que escandalizó hasta a las voces derechistas). Por esas raíces extranjeras, la oposición ha jugado ciertas cartas chovinistas en contra de la candidata de Movimiento Regeneración Nacional, e incluso el ex mandatario Vicente Fox (cuyo apellido no es tan azteca que digamos) fue amonestado en X por sus tuits xenófobos sobre el árbol genealógico de la también ex Jefa de Gobierno de la CDMX. Además, en el reciente y último debate presidencial, la candidata opositora, Xóchitl Gálvez, acusó a Sheinbaum de ser…atea. La jugada, no le salió tan bien, al menos en los números de las encuestas, pero… ¿influirá en la decisión final de los votantes —sobre todo de ese sector conocido como “los indecisos” o “ el voto oculto”—, ese groso eminentemente conservador y siempre fiel (Juan Pablo II dixit) al Opus Dei?
¿Qué formación tiene Claudia Sheinbaum?
Según el Instituto de Ingeniería de la UNAM, Sheinbaum Pardo cuenta con la licenciatura en Física por la Facultad de Ciencias. Además, obtuvo la maestría en Ingeniería Energética por parte de la UNAM y un doctorado en Ingeniería en Energías por la misma universidad (sí, le va a Los Pumas en el soccer). La doctora Sheinbaum puede presumir además, de ser ganadora de un premio Nobel que otorgó colectivamente en 2007 al Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) en el que la candidata contribuyó. Más allá de lo académico, la candidata morenista reveló en uno de los debates que conoce los clásicos de la ciencia ficción como «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury o «Crónicas Marcianas» de Ray Bradbury, libros que le recomendó a su rival.
El factor AMLO
El apoyo moral del líder de la 4T sin duda es al mismo tiempo que su mayor fortaleza, su principal debilidad. Los detractores del aún presidente y fundador de Morena, consideran que su continuidad equivale a una extensión del mandato de Andrés Manuel, y por eso la llaman “calca” en las redes sociales y la acusan de ser la sombra (en un arranque cuando menos misógino) del mandatario. Sin embargo, el grito de batalla chairo (como llaman a los seguidores acérrimos de AMLO y su probable sucesora): “Es un honor estar con Obrador”, ha sido sustituido por, “…estar con Claudia hoy”, lo que indica que las hordas modernas del movimiento han adoptado bien a la posible heredera de la silla presidencial. Los programas sociales (que la oposición no se cansa de repetir que no desaparecerán), son otra de las claves del arraigo de Sheinbaum. Las ayudas económicas que incluyen a adultos mayores y jóvenes, son símbolo de un gobierno que presume el slogan “primero los pobres”. El reto, como coinciden casi todos los análisis (incluyendo al New York Times), es construir una imagen de liderazgo propia y desligarse de la “paternidad” de su sensei político. Sin embargo, hasta ahora, subirse a la cresta de la ola y depender del factor AMLO ha sido su estrategia funcional.
Las encuestas y Claudia Sheinbaum
La campaña ha sido sucia, desde acusaciones de la oposición por parte de la derechista disfrazada de candidata ciudadana Xóchitl Gálvez (Máynez no cuenta, todos sabemos que su papel es de aliado de la 4T) y la etiqueta —sin evidencias concretas, más que un libro que ella misma tachó de ficción en un debate— de narcocandidata y de ser “la dama de hielo” (por su carácter un tanto rígido), los recientes meses previo a la veda (al menos en los medios tradicionales, ya que X, por ejemplo, parece un campo de batalla lleno de odio y descalificaciones entre seguidores de ambas propuestas). Sin embargo, las encuestas apenas y se han movido y Sheinbaum ha administrado con cautela esa ventaja. El pasado 29 de mayo, que terminaron formalmente las campañas, la candidata de Morena mantenía al menos 10 puntos de ventaja en las encuestas. El cierre en el Zócalo de la CDMX dio lugar a la cuenta regresiva para este 2 de junio donde veremos si los oráculos fueron certeros