El investigador, investiga por la misma razón que un músico canta o que un poeta escribe; es su manera de entender la realidad, es su idioma. La investigación, es una característica importante que da a la medicina aspecto crítico y científico. La medicina es ciencia; depende de probar y repetir los mismos resultados, usando las mismas variables. Durante siglos se ha intentado llevar el aspecto científico a un nivel más alto, alejándonos de las suposiciones y creando conocimiento nuevo cimentado en pruebas sólidas. Así es que tomamos las decisiones correctas al innovar. Pero, ¿Qué pasa cuando se tiene demasiada información, cuando hay demasiadas respuestas?
¿Qué es la infodemia?
La cantidad excesiva de información dificulta que las personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando las necesitan. Infodemia, así lo llama la Organización Panamericana de la Salud en su hoja informativa de abril de 2020.
El Internet es una gran herramienta para generar y propagar conocimiento, pero ninguna herramienta es más importante que la mano que la usa. Por eso en tiempos de pandemia hay gente compartiendo información sin verificar que sea verdadera o pertinente al caso. Esto genera una pandemia de información con la que tenemos que lidiar.
En abril se subieron 361.000.000 videos en YouTube en las categorías de “COVID-19” y “COVID 19”. Desde que comenzó la pandemia a fines de abril se publicaron cerca de 19.200 artículos en Google Scholar. En marzo, unos 550 millones de tuiteos incluyeron los términos coronavirus, corona virus, covid19, covid-19, covid_19 o pandemia. Según documento de la Organización Panamericana de la Salud |actualizado 6 julio 2020.
¿Cómo nos afecta la infodemia?
Las consecuencias de la infodemia sobre COVID-19, llegan a todos los ámbitos de la vida diaria. Sobre todo en la nueva normalidad dificulta tomar decisiones, aumenta el riesgo de sufrir trastornos emocionales, afecta los procesos de toma de decisiones y no hay control de calidad; cualquier persona puede escribir o publicar algo.
Para los profesionales de la salud, la infodemia dificulta encontrar datos certeros. Es un océano de información que debería ayudar a tomar las decisiones difíciles con mayor confianza. La población en general busca estar informada y actualizada para protegerse a si mismos. Ellos son los más vulnerables dentro del ciclo de desinformación. Comparten información sin comprobar la fuente, llegando a miles de millones de personas en el mundo.
5 sugerencias para lidiar con la avalancha de datos o infodemia
Encontremos la manera de sacar a la luz la información que buscamos. No sigamos la corriente, es nuestra responsabilidad romper el círculo vicioso y estas son algunas sugerencias para lograr detener la infodemia durante Covid-19.
1. Confía en las instituciones de salud
Lo sé, suena ingenuo; pero, tomemos en cuenta la cantidad de recursos que se invierten en investigaciones. Científicos de todo el mundo colaboran para el análisis del virus y actualmente enfocan toda su atención para encontrar la cura, basado en evidencias y en el método científico.
2. Evita propagar las noticias falsas
Determina si la información tiene sentido. Por ejemplo, tomar cloro, pensar que los termómetros matan neuronas o que los médicos vendemos líquido de rodillas no tiene sentido. Pon especial atención a los mensajes alarmistas y teorías conspirativas tipo “lo que los médicos no quieren que sepas”.
3. Aléjate de los rumores
Seamos responsables de lo que compartimos y busquemos siempre generar confianza en lugar de pánico.
4. Verifica las fuentes
Si no puedes confirmar la fuente, mejor déjala correr. Lleva solo unos minutos buscar diferentes referencias para verificar la veracidad de la información.
5. Sigue aprendiendo
En esta pandemia todos estamos aprendiendo sobre la marcha y debemos estar abiertos a modificar nuestra manera de pensar para adaptarnos; con responsabilidad y sin perder de vista el mayor bienestar de nuestra familia y de nosotros mismos.
Los médicos trabajamos en diferentes frentes contra un enemigo común. Estamos entrenados para buscar el mayor bienestar físico, mental y social; no solo la ausencia de enfermedad. Vamos más allá del deber para cuidar de la gente. Siguiendo esta lógica, toda investigación científica seria debe ayudar al personal de salud y población en general como herramienta para tomar decisiones difíciles de la mejor manera posible. La investigación a distancia mantiene canales de comunicación abiertos; ofrecen apoyo moral, clínico y psicológico en todo momento.
Es un asunto de confianza, del investigador y sus colaboradores al sujeto de investigación; y hacia el público en general. Confianza que merece ser recíproca para avanzar todos hacia la misma meta, ahora ¡vamos adelante!
