Con más de medio millón de casos positivos de coronavirus en México; el regreso a clases es una víctima más de la nueva normalidad. Las autoridades dieron la instrucción de que ninguna escuela puede reanudar sus labores mientras el semáforo de infección siga en naranja o rojo. Condenando a todo el país a permanecer con clases a distancia.
México no se rindió, concluyó satisfactoriamente su ciclo escolar 2019-2020 y hoy iniciamos a distancia el ciclo escolar 2020-2021. Quizá otros países no cuenten con el compromiso del magisterio mexicano. Quizá otros países no posean el tamaño del corazón de madres y padres como los nuestros. Tal vez nuestras niñas, niños y jóvenes deseen aprender más que nadie en el mundo. –– Esteban Moctezuma, Secretario de Educación Pública
El 24 de agosto, más de 30 millones de estudiantes iniciaron el ciclo escolar 20-21 desde una computadora; televisión o radio. Objetos inanimados se han vuelto nuestro único contacto con la sociedad. Un escritorio improvisado es el salón de clases de millones y una televisión o un sofá, un profesor inerte.
¿Soy la única que tiene la sensación de que el COVID-19 es la gran oportunidad para sacarnos la culpa de todo?
El COVID-19 ha enfermado y matado a miles de personas, deterioró nuestra economía preocupantemente; y ahora se mete con la educación y las generaciones que prometían ser el futuro de la nación.
¿Soy la única que tiene la sensación de que el COVID-19 es la gran oportunidad para sacarnos la culpa de todo? La preocupación que embarga a profesores, padres de familia y autoridades gubernamentales no surge con el COVID-19. Sino, por problemas que existen hace décadas y que no se han podido erradicar; falta de infraestructura y desigualdad tan notorias en nuestra sociedad. La pobreza en México no es nueva, la falta de oportunidades y recursos no son consecuencias del maldito virus; el desfase en los planes de estudio y equipamiento en la educación pública no son culpa del coronavirus.
¿Lo estamos haciendo bien?
El COVID-19 nos recuerda lo que hemos hecho mal y lo que hemos ignorado. Nos adelantó el futuro y obliga a reaccionar precipitadamente; me pregunto
¿Por qué el regreso a clases con “aprende en casa II” es discriminatorio y excluyente?
Se reconoce el esfuerzo que nuestras autoridades intentan llevar a cabo. Para que cada estudiante de educación básica y media puedan continuar sus cursos. Sin embargo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluyó que; México podría retroceder 13.7 años de escolaridad en promedio por persona debido a la situación actual. Sin mencionar la larga lista de dificultades y lagunas que tiene el plan de estudio en su nueva modalidad.
Entre la falta de recursos del 42% de la población mexicana que vive en pobreza; sin poder comprar equipo de cómputo o contratar Internet; y la falta de tiempo en los hogares donde ambos padres tienen que trabajar. Los niños intentan aprender y resolver las fallas del nuevo sistema educativo híbrido. Se ha tachado al modelo como discriminatorio y excluyente; ya que no todas las familias tienen los recursos para tomar las clases debidamente. Además, no es apto para poder tener dos o más niños tomando clases en el mismo hogar simultáneamente.
Por otra parte, los docentes han encontrado dificultades en el camino. Muchos profesores no cuentan con los equipos necesarios e incluso con el conocimiento para hacer trabajar toda esta tecnología. Aventados al ruedo, los profesores intentan rescatar un poco la situación y ponen todo su esfuerzo; en entregar lo mejor de ellos de la mano con los padres de familia que se parten en mil pedazos para estar en todas partes.
¿Cuál es el futuro de la educación en México?
Afortunadamente toda situación tiene un lado bueno. Nos dado cuenta que si realmente lo queremos, la educación puede llegar hasta el último rincón de México. Pero definitivamente la educación a distancia en niveles tan cruciales como la educación básica y media; no debe sustituir al método presencial, según expertos pedagogos.
Creo que es momento de detenernos y preguntarnos qué hemos hecho; y cómo hemos contribuido a mejorar la situación actual. El gobierno ha sido claro: no hay regreso a clases presenciales mientras el semáforo de infectados no esté en verde. Que la situación cambie solo depende de nosotros, de que seamos conscientes y hagamos nuestra parte.
Está claro que la economía no puede seguir parada, a la larga será más cara la solución que el problema, pero debemos ser responsables. Es hora de aceptar la nueva normalidad para que eventualmente volvamos a nuestra normalidad.
Nuestras decisiones serán las que realmente harán un cambio. Decide mantener una sana distancia con las demás personas; ir sólo al supermercado y evitar grandes acumulaciones de gente; quedarte en casa si te sientes enfermo y usar cubrebocas para evitar contagios; no ir a esa fiesta en donde pueden no seguir los protocolos de sanidad; decide hacer las cosas bien para que cambiemos la nueva normalidad, por nuestra normalidad.