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¿Cómo sanar mi niño interior?

¿Cómo sanar mi niño interior?

  • Todos tenemos traumas y heridas de la infancia. Es momento de enfrentarlo y reconciliarnos con nuestro niño interior.
¿Cómo sanar mi niño interior

Cuando te embarcas en el proceso de sanar tu niño interior, debes entender que tendrás que re-paternarte. Buscar la manera de satisfacer las necesidades que no fueron satisfechas por tus cuidadores y sanar el estilo de apego que desarrollaste.

Es un lugar donde se permite que tu subconsciente tome el control, según la psicóloga Trish Phillips

¿Cómo sé que lo necesito?

Para empezar con el proceso de sanación y reconexión, es importante que nos demos cuenta de que la manera en que actuamos pueden deberse a una herida de la infancia. Hay ciertos comportamientos y sentimientos —no exclusivos— que pueden manifestarse a causa del dolor y que probablemente ignoramos que tienen relación con nuestro niño interior: 

  • Inseguridad, lo que se puede traducir en ser muy miedosos y críticos. 
  • Perfeccionismo.
  • Esconder tus emociones y sentimientos, no saber regularse emocionalmente.
  • Pretender ser algo que no son. Fingir ser muy fuertes a ojos de otros y controlarlo todo para evitar ser heridos.
  • Desconfiar, es difícil creer en otras personas.
  • Baja autoestima.
  • Falta de motivación por miedo a fracasar.
  • Ansiedad y depresión.
  • Olvidarse de las necesidades personales.
  • Huir de los problemas o cosas que generan ansiedad.

Crea un espacio seguro

  • Crea un espacio seguro para tu niño interior
  • Dale permiso para sanar
  • Perdónate y perdona a los demás
  • Honra el camino por el que han transitado
  • Dile que lo amas
  • Dale las gracias

Una vez que sabes que tienes comportamientos irracionales, es momento de empezar a indagar el porqué. Pero antes de eso, debes crear un espacio seguro y de no juzgamiento para que puedas ser auténtico y que tu niño interior pueda liberarse y aprender nuevas herramientas que no pudo obtener de pequeño. Convencerte de que está bien ser quien eres. 

Para esto, puedes buscar ayuda de un especialista que genere el espacio. Pero, va más allá, tienes que empezar a decirte cosas positivas y no dejar que los pensamientos negativos te ganen. Sigue estos pasos —que plantea Kristin Folts en su charla Ted— para crear el ambiente necesario para que tu niño interior se deje ver: 

  1. Dale permiso para sanar, se lo merecen.
  2. Dale permiso de perdonarse y perdonar a los demás.
  3. Dile que honras el camino por qué han transitado.
  4. Dile que lo amas, díselo en serio.
  5. Agradécele.

Puedes sentirte un poco raro, pero te aseguro que si te paras frente a un espejo, visualizas a tu niño y se lo dices en voz alta varias veces, sentirás que puedes iniciar este proceso y te conectarás más con él.

Identifica tus heridas 

Es momento de conocerlo de verdad. En este inicio de tu sanación, deberás recordar todos esos sucesos que pudieron afectar tu infancia. Es importante identificar en qué etapa de tu vida pasó y cuál fue el suceso. Solo cuando lo identifiques, podrás ser el padre que hubieras querido tener. Sin embargo, es un momento en el que vas a remover muchas cosas de tu pasado que pueden asustarte y provocar que lo abandones o que te vuelva a hacer daño. Por eso, es importante que tengas un acompañamiento de un experto para poder afrontarlo de la mejor manera. 

Puede que hayas tenido padres que no atendieron todas tus necesidades emocionales, que te criticaron mucho, te echaron la culpa, se burlaron de ti, manipularon, invalidaron como individuo o incluso pusieron condiciones a su amor. Además de sucesos traumáticos que hayan marcado como una violación, una muerte cercana o que simplemente se te haya perdido tu juguete favorito. Recuerda que el trauma no distingue razas ni estatus social, nos llega a todos. 

Es muy importante ponerlo en palabras—o si prefieres en dibujos—. Cuando lo haces, puedes verlos en verdad y empezar a trabajar sobre ellos. Pon atención a qué le pasa a tu cuerpo cuando revisitas esos recuerdos, podrás identificar las partes del cuerpo donde están alojadas esas memorias y cómo te hacen sentir. Otras herramientas de conexión con el niño interior puede ser el mindfulness, respiración, visualización, las actividades creativas, etc.

Enfrenta el duelo

Hay muchas veces que descubrimos cosas que nuestro subconsciente reprimió para evitar el dolor, por lo que tendrás que enfrentarte a ellas. O también, removemos sucesos que sabías que existían, pero no sabías que te afectaron tanto. Será un proceso de duelo que tendrás que enfrentar para llegar a sanar. Es probable que intentes bloquearlo, que no quieras ver la realidad, que inventes excusas o que lo niegues. Pero es importante superarlo.

Acuérdate que no tienes que enfrentar esto solo, nunca tuviste que hacerlo. También, que tu niño interior —de la edad que sea— es el que se está enfrentando al trauma, no tu versión adulta. Por eso, no minimices lo sucedido, es igual de válido que un problema que puedas tener ahora siendo adulto. 

Pregúntate

Al procesar estas experiencias, pregúntate lo siguiente: 

  • ¿Cómo me sentí en esta situación? 
  • ¿Qué entendí del amor y la seguridad a partir de esta experiencia?
  • ¿Cómo reaccionaron mis padres a esta situación y cómo me hicieron sentir? 
  • ¿Qué es lo que de verdad necesitabas en ese momento?

Abrázate 

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Piensa en cosas que no recibiste de niño y que ahora puedes tú tomar la responsabilidad de dártelas. Si te hizo falta palabras de afecto, práctica decirlas frente a un espejo, o si necesitaste un abrazo, abrázate. 

Pon en práctica nuevos comportamientos positivos. Exprésate con palabras y no te limites. Si tienes pareja, dile lo que te gusta, lo que no, lo que necesitas y quieres. Te darás cuenta de que sentarás fundamentos muy sólidos y positivos en una relación que probablemente antes no lo era. Adicionalmente, práctica poner límites. Es momento de dejar de pensar en el resto y empezar a pensar en ti primero. 

Intenta probar cosas nuevas, recuerda que está bien buscar hacer lo que te gusta sin pensar en lo que dirán los demás. Permítete ser el niño que llevas dentro, explora, ríe, juega. Busca ser auténtico y dejar las máscaras que te ponías por protección. 

Pero, por sobre todo, ama incondicionalmente a ese niño pequeño que tienes dentro. Recuerda constantemente que fuiste y eres bueno, que eres amable, que no eres el culpable de las desgracias que te pasaron y que te mereces amor incondicional —propio y del resto—. Es momento de perdonarte.

Un nuevo comienzo

Un nuevo comienzo

Todos estamos un poco dañados en nuestro interior. Es casi imposible que no tengamos experiencia alguna de la infancia que nos haya marcado la vida. Por eso, si quieres tener una vida plena donde puedas superar tus miedos y limitaciones mentales, debes someterte a este proceso. 

No olvides que debes crear tu red de seguridad para tu niño interior, ahora depende de ti. Recuerda todos los días lo importante que es, valídalo, dile que gracias a él estás donde estás. A medida que avances, aprenderás a regular tus emociones y resolver problemas de una manera efectiva. 

Es un proceso que da mucho miedo y es difícil. Pero lograrás desarrollar habilidades que no pudiste lograr en tu infancia y sobre todo, podrás llegar a sentirte completo, feliz y en paz contigo mismo. 

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