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Sexualidad consciente: cómo tener una buena relación con tu sexualidad

Sexualidad consciente: cómo tener una buena relación con tu sexualidad

  • Aprende a vivir el mindfulsex a través del autoconocimiento, auto exploración y el re-aprender todo lo que se te enseñó sobre la sexualidad.
Sexualidad consciente cómo tener una buena relación con tu sexualidad

Hablar de sexualidad puede resultar un poco extraño, en especial si creciste en un ambiente donde no se hablaba de “eso”. Esa es la razón por la que muchos de nosotros no tuvimos una aproximación sana y consciente a nuestra sexualidad. Ya sea en Latinoamérica, Europa, Asia, o cualquier parte del mundo, hablar de sexualidad es tabú de una u otra manera.  Sin embargo, es algo natural y presente, por más que lo intentemos reprimir.

Nuestro acercamiento a la sexualidad está muy condicionado a la manera que fuimos educados y la sociedad en que crecimos. Por eso, las experiencias y el sentir de cada uno es completamente distinto. No hay una regla de oro para todos. 

¿Qué es la sexualidad?

Hemos reducido la sexualidad a algo meramente físico, el sexo. Sin embargo, va mucho más allá. Compone quiénes somos, basado en el funcionamiento y cómo luce nuestro cuerpo–los cambios que tenemos en la pubertad o cómo nos sentimos al vernos al espejo–, nuestros sentimientos, valores, relaciones con familia y amigos, orientación sexual e identidad de género–cómo nos expresamos en la manera de vestir o hablar, si nos gustan los hombres, mujeres, ambos o ninguno–. 

Todo empieza desde el vientre, cuando todos especulan sobre “¿Será hombre o mujer?” o “Si es hombre, de ley es futbolista como el papá”. Cuando nacemos, nos visten con ropa rosada o azul dependiendo de nuestro sexo. Así vamos creciendo de la mano de estereotipos de género, “Siéntese bien, como una mujercita”, “Los niños no juegan con barbies”, “los niños no pueden usar rosado”; que nos condicionan. 

En nuestra cultura latina conservadora, la religión y el machismo han jugado un papel protagónico en nuestra sexualidad. Se nos hizo creer que era algo cochino y malo, por lo que muchas personas –en especial las mujeres– la reprimimos y nunca nos conectamos con ella. Es muy loco, porque somos seres sexuales y sin este aspecto, no estamos completos. 

¿Qué es la sexualidad consciente?

Yo estudié en un colegio religioso, donde la única educación sexual que tuve fue “la abstinencia”, donde no debías tocarte y ni siquiera verte en un espejo. Debido a esto, no conecté con mi sexualidad de una manera saludable en mi adolescencia y adultez temprana–algo que no solo me pasó a mí, sino a todas las mujeres con las que crecí–.

Fuí descubriendo este mundo por internet y cuando entré a la universidad tuve una clase de “sexualidad y atracción”. Fue la primera vez en la vida en que sentí que hablar de sexo y sexualidad era normal y no estaba mal. Sin embargo, hay muchas personas que no encuentran un lugar seguro como yo lo hice. Mujeres y hombres adultos que hasta hoy en día llevan muchísimos prejuicios a sus relaciones interpersonales. 

Tener una sexualidad consciente–o mindfulsex– es tener una conexión muy profunda contigo misma. Estar conectada con tu mente, cuerpo y espíritu. Es una manera de conocerte al 100% y amarte–algo que no siempre es fácil de hacer–, mejorar tu autoestima y permitirte ser libre. Se logra a través de entrenar a tu cuerpo y mente a estar en el momento presente y la exploración. 

¿Cómo vivir una sexualidad consciente? 

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Nuestra sexualidad cambia a medida que vamos creciendo y exponiéndonos a nuevas situaciones. Por lo que si tuviste una escuela de límites y prohibición, no es imposible cambiarlo. Lo importante, es que dejemos de lado el buscar satisfacer los estereotipos y “la norma” de lo que se debe hacer en las relaciones, sino que descubramos nuestra propia sexualidad. Para esto, hay que dejar de lado todo lo que aprendimos a medida que fuimos creciendo y re-aprender desde cero, pero desde un lugar de amor y aceptación. Pero sobre todo, conocernos, es hora de escuchar a tu cuerpo, tus pensamientos, sensaciones y emociones. 

  1. Cuestiónate

Es momento de reflexionar sobre cómo has venido llevando tu sexualidad. Según Ana Sierra, sexóloga, es importante preguntarte el porqué has decidido emprender este camino: ¿Quieres que tu sexualidad se lleve desde el placer absoluto o desde el miedo?

Observa cómo era tu relación con tu cuerpo. ¿Qué le sucedía cuando se encontraba en un encuentro sexual?: ¿Qué piensas?, ¿Hay algo que no has dicho y quisieras decir? ¿Por qué no lo has hecho?, ¿Haces lo que en verdad quieres hacer o solo buscas satisfacer?, ¿Estás disfrutando?.

“Vivir en automático te aleja de tu esencia, de quién eres, qué quieres y cómo deseas relacionarte” – Ana Sierra

  1. Olvídate de todo

Ahora, antes de empezar tu proceso de autoconocimiento, es necesario que te deshagas de todo lo que te enseñaron que era la sexualidad. Muchas veces, pensamos que no tenemos estas creencias arraigadas en nosotros, porque conscientemente las negamos. Sin embargo, pueden manifestarse inconscientemente. 

Por ejemplo, durante una relación sexual puede que estés muy concentrada en “lo estoy haciendo bien”, “no voy a llegar al orgasmo” o simplemente no puedes estar en el momento; es posible que sea una manifestación de un sentimiento de culpa. Capaz, en tu infancia te dijeron que tener sexo es malo y que solo lo tienes que hacer cuando estés casada y para tener hijos, por lo que ahora sientes que estás haciendo algo que no deberías y te bloqueas. Una manifestación física de esto puede ser el vaginismo–pero no es exclusivo–.

Para lograrlo, es necesario que te eduques–no es raro que probablemente no tuviste una educación sexual en primer lugar–. Busca profesionales de la salud que te puedan guiar en tu camino al entendimiento de la sexualidad, como un psicólogo o un sexólogo. (Recuerda que las películas y el porno no son educativos, aunque muchas personas las han considerado como tal.) Es importante ser curioso y exponerse a tener conversaciones “incómodas” para entender mejor. Cuando uno tiene la información, puede decidir sobre cómo quiere vivir su sexualidad y podrá planificarla. 

  1. Cambia la relación con tu cuerpo

Siempre se nos insinuó que no debíamos sexualizar nuestros cuerpos–un poco ilógico, porque todo el resto del mundo nos ha sexualizado en la televisión, internet, porno–. Por eso, nunca aprendimos a reconocernos en un espejo. Nos hemos acostumbrado a las miradas de los otros, a lo que a los demás les gusta de nosotros. 

Para lograr esta transformación, es importante que reconozcas tu cuerpo y te des cuenta qué es lo que te gusta de tí. Párate frente al espejo y observa cada centímetro de tu cuerpo. Observa tu pelo, tu cara, todas tus imperfecciones, tu pecho, brazos, etc. Pero por sobre todo, observa todo lo que nunca se te permitió explorar. 

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Mira tu vulva y conócela, es muy probable que nunca antes lo hayas hecho. Es muy extraño hacerlo por primera vez, pero es muy necesario. Recuerda que cada persona es diferente y no tienes que compararte con los referentes que tienes en la pornografía o en las redes sociales–muchos de esos cuerpos no son reales y tristemente uno cree que así deberíamos lucir todos–. A medida que te vas conociendo, vas a ir descifrando qué es lo que A TÍ más te gusta de tu cuerpo y lo vas a entender cómo sensual y fuente de placer. 

Puede que te pase que cuando estás con alguien prefieras apagar las luces, no quitarte la ropa por completo o taparte con una sábana, porque no estás cómoda con tu cuerpo y te preocupa lo que la otra persona piense. Esto se puede dar justamente porque no te conoces y solo te fías de la mirada del otro. Pero al irte conociendo de a poco, le huirás menos al desnudo y podrás disfrutar más.

  1. Conviértete en tu centro de atención

Te has visto al espejo y conoces cada centímetro de tu persona, pero ahora es momento de conocer qué es lo que te gusta más allá de solo lo que ves. Planifica momentos de calidad contigo misma, donde nadie te interrumpa y puedas conectarte con tu mente y cuerpo a través de tus sentidos. Es como el mindfulness, el buscar estar en el momento presente. 

Empieza a estimular tus sentidos con cosas pequeñas. Pon atención a cómo reacciona tu cuerpo cuando comes algo que te encanta, cuando escuchas una canción nueva, cómo se sienta tocarte todo el cuerpo con el pétalo de una rosa o cómo se siente que te caigan gotas de lluvia en el rostro. 

Así como hacer una cita con alguien más, haz una cita contigo, un momento de tu tiempo en el que no vayas a tener distracción alguna. Tócate y estimula tu cuerpo desde todos tus sentidos y no te enfoques en un objetivo, como el orgasmo, disfruta del proceso de estimularte. Busca hacer cosas que nunca antes habías hecho y sal de tu zona de confort, respiraciones, masajes, palabras, movimientos, etc.

Nos dijeron que no debíamos tocarnos porque estaba mal. Sin embargo, eso no puede estar más alejado de la realidad. Si es que no te tocas y no sabes qué es lo que te gusta, nunca podrás conectarte verdaderamente y disfrutar, solo aceptarás lo que piensas que está correcto. 

Este proceso te ayudará a entender que tu sexualidad es tuya y de nadie más. No necesitas a otra persona para disfrutar, puedes hacerlo por tu cuenta. Y, cuando estés con alguien más, podrás estar segura y decirle qué sí y qué no. 

A vivir el mindfulsex

Estos pasos harán que tomes responsabilidad de tu propia sexualidad. Es algo solo tuyo que debes reconocer y cuidar. Por eso, cuestiona todo lo que te enseñaron y cómo lo has enfrentado; conoce cada centímetro de tu cuerpo y descubre lo sensual que eres. También, descubre qué es lo que te gusta tanto sexual como emocionalmente. Y, sobre todo, sé fiel a tí misma. Ahora que te conoces, no puedes hacerte de la vista gorda y aceptar cualquier cosa. Ahora, sabes cuánto te mereces y que no necesitas a nadie para que te lo dé porque te lo puedes dar tú misma. 

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