Creativa empática y apasionada determinada a cumplir sueños.
Seguramente has visto en redes sociales a mucha gente que dice ser “overthinker”. Pero, ¿qué es exactamente eso? Es una condición real que se ha popularizado banalmente. Así como cuando dicen: estoy deprimido, refiriéndose a que está triste, pero no tiene el trastorno en realidad. Sin embargo, puede que seas víctima de este comportamiento, pero simplemente no sabías que existía un nombre para ello.
Un overthinker (pensador obsesivo) es una persona que se obsesiona con pensamientos o preocupaciones, los tiene rondando en un bucle sin fin en su mente. Y si, todos nos preocupamos de vez en cuando. Al final, preocuparse es un indicador de que te importa. Sin embargo, esta preocupación es descomunal cuando se trata de un overthinker. Por ejemplo, tuviste una entrevista de trabajo, te hicieron una pregunta y no supiste responderla bien.
Una persona que no sobre piensa va a retirarse y pensar por un momento en las maneras en que pudo haber respondido mejor, pero poco después se le olvidará. En cambio, un overthinker va a salir y empezará a pensar “¡Qué tonto que fui!”, y eso le llevará a analizar una y otra vez sobre el error que cometió. Pensará todas las maneras en que pudo haber respondido, en qué pensarán los entrevistadores, en sí será que eso define si tiene o no el trabajo. Son pensamientos que no cesan, buscan el peor escenario y te hacen sentirte mal. Una persona que padece este comportamiento puede pasar días, semanas o meses con estas preocupaciones en la cabeza.
¿Qué puede provocar el “overthinkeo”?
El overthinking puede tener graves repercusiones en nuestra vida. Cuando nos hacemos constantemente preguntas cómo «¿Y qué pasa si?», en lugar de prepararnos para el futuro, nos paralizamos por el miedo y terminamos sin hacer nada. Este patrón de pensamiento se convierte en un problema cuando comienza a interrumpir nuestra vida diaria. En muchos casos, el overthinking puede ser un indicador de trastornos mentales como la depresión o la ansiedad.
Si bien no es un trastorno mental en sí, puede ser la causa o la consecuencia de uno. Por ejemplo, si estás constantemente preocupado en cómo te ves y qué piensan las personas sobre cómo luces, es probable que desarrolles un trastorno alimenticio o ansioso.
Puede generar que dejes de comer o que comas compulsivamente para aliviar tus pensamientos. Comúnmente, la ansiedad se caracteriza por la preocupación excesiva por el futuro, mientras que la depresión involucra sentimientos de tristeza y desesperanza relacionados al pasado. Es importante identificar en qué categoría de pensamiento nos encontramos para poder abordar el problema de manera adecuada.
Genera mucho estrés que puede derivarse de un sentimiento de estar estancado. El miedo te paraliza y evita que avances. Sin embargo, a veces el estrés y el miedo te pueden impulsar a cambiar tu vida. Te puede mostrar las cosas que tienes por mejorar. Pero, es importante tener en cuenta que el sobrepensar tiende a ser más pasivo que activo, lo que significa que nos atrapa en un ciclo de pensamientos rumiativos en lugar de impulsarnos a tomar acciones concretas.
Además, puede causar agotamiento mental. Esto puede interferir con nuestro trabajo, memoria, concentración. También, puede tener efectos en la salud física, baja nuestras defensas y puede afectar a nuestro sistema digestivo, circulatorio o nervioso.
¿Soy un overthinker?
Ahora, ¿cómo sé si es que soy un overthinker? Tienes que hacer una autoevaluación honesta de tus patrones de pensamiento y tus comportamientos. Pon atención a estos aspectos, pueden ser una guía para llegar a saberlo:
- Piensas excesivamente sobre cualquier cosa que te suceda: Ya sea que estás saliendo con alguien, tuviste una conversación con un colega o piensas en que quieres hacerte una manicura. Cualquier decisión o suceso que pasa en tu vida, ocupa más tiempo y espacio en tu mente del que debería.
Sobre todo si es que recuerdas una y otra vez algún suceso negativo que te pasó o piensas en muchas cosas negativas.
- Te imaginas los peores escenarios posibles: Si es que vas a salir a comer una noche, te preocupas de si salir en carro o no. Porque pueden robarte el automóvil o si es que no lo haces, te pueden secuestrar en el uber que pidas.
- No te puedes concentrar: Tu cerebro se distrae constantemente. Puede que estés trabajando, pero cualquier pensamiento que viene a tu cabeza te hace divagar y procrastinar.
- Eres muy indeciso: El “overthinkeo” puede afectar tu habilidad de tomar decisiones. Te convierte en una persona que sobre analiza todas las posibles consecuencias de sus decisiones.
Por esto, el miedo al peor escenario impide que te decidas por una u otra opción. Puede verse reflejado en un simple: “¿Dónde quieres comer?”, que generará en su cabeza miles de preguntas como: “¿será que digo tacos? ¿Pero y qué si él no quiere tacos? ¿Mejor debería decir pizza? ¿Pero si es que es intolerante a la lactosa? ¿Si se muere comiendo queso? ¿Para llevarlo al hospital llamo una ambulancia o lo llevo en el carro?” - Te sientes triste o abrumado: Los pensamientos cambian tu estado de ánimo. Puede que estés teniendo un buen día, pero cualquier cosa que llegue a tu mente te lleva a un lugar oscuro sin darte cuenta.
- Buscas profundizar: De cualquier suceso, buscas encontrar un significado más profundo cuando muy probablemente no existe. Como por ejemplo, si es que alguien te ghostea, empiezas a pensar el porqué la otra persona lo hizo. ¿Tal vez encontró una pareja que le gustó más?, ¿Pensaba que eras aburrido?, etc.
¿Qué puedo hacer para que no domine mi vida?
“Overthinkear” no es una manera productiva de pensar. Normalmente, detona grandes preguntas que van a hacer que un problema salga de proporción. Es un mecanismo de defensa porque es una manera de controlar las situaciones y te da un falso sentimiento de seguridad sobre lo que harás después.
Tu cerebro pretende reducir el riesgo creando posibles escenarios y tratando de predecirlo todo. Sin embargo, el problema es que nuestra mente casi siempre encontrará nuevas ideas con las que preocuparte. Es un problema asociado con las personas perfeccionistas y que buscan superarse, muchas veces detonado por el miedo al fracaso y la necesidad de no tener error alguno. Los pensamientos se caracterizan por ser catastróficos, sobre generalizados, intentos de leer mentes, es o todo o nada, o saltan a conclusiones sin fundamentos.
Una vez que identificaste que padeces de esto, es importante buscar técnicas que puedan tranquilizar tu mente.
- Mindfulness: A partir de eso vas a poder identificar momentos específicos en que sobre piensas. Escribe todo lo que venga a tu mente y el momento en que lo hagas. Con el tiempo puedes encontrar factores desencadenantes y descubrirás los patrones de tus pensamientos.
A medida que vas identificando cada uno de ellos, podrás darte cuenta qué tan diferentes son. Así podrás saber si en verdad son muchas cosas las que te abruman o si solo es una específica. De esta manera, puedes usar esta información para desarrollar un plan de acción para controlarlo. - Ignora un poco a tu mente: No siempre tienes que creer lo que te dice. Desafía tus preocupaciones tomando un poco de perspectiva. Si te alejas por un momento y ves todo de manera más objetiva puedes solucionar los problemas más efectivamente.
- Busca ayuda en tu red de apoyo: Cuéntale lo que piensas y lo que te preocupa a alguien de tu confianza. Ellos pueden darte una visión externa a todo lo que pasa por tu cabeza y muy probablemente van a desmentir las cosas negativas. Sin embargo, es importante que lo hagas con una persona que no sea sobre pensadora; o en su defecto, que sepa controlarlo. Si no, es probable que los dos se hundan en el mismo hueco.
- Mueve tu cuerpo: El deporte ha sido comprobado como un aliviante para los trastornos mentales. Hace que tu cerebro se despeje, libera químicos que te generarán felicidad y tendrá un impacto positivo en tu cerebro.
- Busca ayuda profesional: Si es que has llegado a un punto en el que nada de lo anterior te ayuda, es importante ir con un profesional de la salud. Como mencionamos previamente, es probable que sea un síntoma de una condición mental más seria. Recuerda que cuando no puedes controlar tu mente, tu cuerpo sintomatiza lo que está atrapado en tu cerebro.
Lo más importante de todo, no caigas en el “sobre pensar el sobre pensar”. Si es que lo estás haciendo, es más que seguro que seas un Overthinker. Recuerda que no lo haces a propósito, es parte de tu personalidad que se ha ido formando a partir de sucesos que has enfrentado en tu vida. No tengas miedo a admitir que lo eres, es importante que lo hagas para que puedas irte sintiendo mejor de a poco.
La salud mental es sumamente importante, pero ha sido olvidada e ignorada. Ponte en primer lugar y busca conocerte bien y conocer tu cerebro. Solo así podrás irte superando y avanzando en todos los aspectos de tu vida. Piensa en cómo viven los animales, disfrutan el momento presente y son felices. Es momento de nosotros hacer lo mismo.
¡HAKUNA MATATA!