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La Travesía Sagrada Maya es una tradición con más de 500 años de antigüedad que llevaban a cabo los itzaes, habitantes de Ekab, que ahora se ubica en la parte oriental de la península de Yucatán. La travesía consistía en cruzar el mar Caribe para rendir tributo a Ixchel, la diosa de la fertilidad asociada con la luna, la gestación, la agricultura y el tejido.
Los pueblos prehispánicos itzaes partían desde el puerto de Polé, ahora conocido como Xcaret; hasta Cuzamil, hoy Isla de Cozumel.
Antes de emprender el viaje se llevaba a cabo la ceremonia de purificación a la cual los navegantes debían asistir con cierto ayuno y abstinencia sexual previa. Finalmente, surcaban los mares con valentía para presentar sus ofrendas y buscar el consejo de la diosa a través del oráculo. La mayoría de las peticiones se hacían para recibir abundantes cosechas y buenos augurios para todo el año.
Cabe destacar que en la antigüedad solo los hombres podían realizar este cruce, ya que la menstruación de las mujeres era considerada impura para esta ofrenda. Cosa que ha cambiado en la actualidad, habiendo así muchas canoeras que reman hasta llegar a la meta haciendo equipo con sus compañeros.
Los itzaes además fueron grandes navegantes que abrieron rutas comerciales al llegar a Polé, incluso lograron llegar a un cenote sagrado en donde fundaron la Ciudad de los Brujos del Agua, ahora mejor conocida como Chichén Itzá.
La Travesía en la Actualidad
Xcaret retomó esta tradición maya que este año se llevó a cabo el pasado 19 y 20 de mayo, celebrando su XV edición, en donde más de 300 canoeros y canoeras unimos nuestras almas hasta volvernos uno. Con mente, corazón y espíritu, cruzamos poco más de 60 km de mar, contando la ida y la vuelta.
La preparación comienza desde la mente cuando decides inscribirte en septiembre a través del siguiente link.
Los requisitos para esta inscripción son:
- Ser mayor de 18 años y menor de 65.
- Cumplir con la prueba física posterior a inscribirte.
- Ser residente de la zona.
- Tener tu comprobante de vacunación COVID-19 (este requisito se implementó luego de suspender la travesía 2 años por la pandemia).
La Prueba Física
Después viene la prueba física, te dan fecha a través del correo electrónico y consiste en nadar alrededor de 1.5 km en mar abierto. Durante la prueba, hay guardavidas a lo largo de toda la ruta. Su tarea es garantizar la seguridad de todas y todos los aspirantes que desean formar parte del grupo de canoeros.
Yo me preparé con una semana de anticipación porque tenía mucha confianza en mi experiencia como nadadora. Los nervios no me dejaban dormir porque comencé a imaginar cualquier tipo de tragedia en medio del mar después de los comentarios de amigas y amigos que perturbaron mi mente.
¿No te da miedo el mar? ¿Qué harías en caso de encontrarte con un tiburón? Por lo tanto, mi consejo es que no escuches a nadie que pueda hacerte perder la confianza en ti. Al final realicé la prueba con éxito y estuve lista para el siguiente paso.
Preparación para el Cruce
Si pasas la prueba física te envían un correo felicitándote por ser elegida o elegido para formar parte de la nueva edición de la travesía. También te informan del costo de inscripción, el cual varía si es que quieres incluir el remo o decides comprarlo en otro sitio. Después te comunican los días y horarios de entrenamiento de acuerdo a tu sede ya sea Xcaret, Cancún, Cozumel o Xel-há, en mi caso Xcaret.
Los entrenamientos inician en noviembre en donde te preparan con ejercicios de fuerza, flexibilidad, técnica de remo y natación.
Además, en este proceso también aprenderás sobre la estructura de una canoa:
- Timonel: Se encarga de dirigir la canoa, algo así como el líder. Ocupa su lugar en la última bancada.
- Proel: Lleva el ritmo de la remada, su lugar es en la primera bancada.
- Primer respondiente: Cumple el papel de guardavidas de la canoa y tiene su preparación correspondiente durante los entrenamientos.
Finalmente, las y los canoeros restantes se acomodan en las diferentes bancadas dependiendo de su peso para equilibrar la canoa.
Uniendo Almas y Superando Desafíos
Los primeros dos meses es importante que remes con diferentes timoneles para que pruebes en donde te sientes mejor y en donde crees que encajas. Luego es cuestión de platicar con la o el timonel que más te haya agradado para formar parte de la canoa, ya que solo hay diez lugares en cada una y si se llena debes buscar sitio en otro lado.
Este año hubo canoas de once, y días antes de cruzar por cuestiones de seguridad y de falta de canoeros en otras sedes, la o el timonel tuvo que tomar la decisión de enviar a un integrante de su canoa con otro equipo, una decisión difícil pero necesaria a fin de cuentas.
En mi canoa no fue el caso y no me imagino cruzando con otra que no hubiera sido mi familia “Los tritones” con mi timonel Charly, mi proel Vicky, mi primer respondiente Sergio y la otra parte del equipo Marce, Nes, Jime, Mike, Cuervo y Ricardo.
Los entrenamientos se llevaban a cabo tres días a la semana: los lunes, miércoles y viernes de 6 am a 8 am. Por tanto, era necesario levantarse temprano, ya que si llegabas tarde, ya no se te permitía el acceso. Solo tenías derecho a dos faltas por mes, y si superabas este límite, quedabas fuera de la travesía.
Compromiso y Disciplina en los Entrenamientos
Cada día de entrenamiento fue diferente, no solo por los ejercicios o las remadas, sino también por las pláticas con tus demás compañeros y compañeras, las risas, el esfuerzo y los amaneceres frente al mar, a veces lluviosos, a veces nublados y a veces con colores impresionantes que no se comparan con nada.
Otro punto clave fueron las remadas largas que comenzaron en febrero y de ahí se llevaron a cabo cada quince días hasta abril.
Estas remadas consistían en pasar lista a las 4:45 am para después ir a “la covacha” a resguardar tus pertenencias con el resto de integrantes de tu canoa y posteriormente ir a realizar el calentamiento correspondiente para ir a remar. Tuvieron una duración de tres a cuatro horas y los kilómetros iban aumentando con el paso de cada remada y dependiendo de las condiciones del mar.
Lo que te advierten antes de tu primer remada larga es que muchas personas desertan después, digamos que es una prueba para saber si realmente te quieres enfrentar al mar y seguir con el proceso.
Antes de mi primer remada larga la verdad no pude dormir mucho por los nervios que me embargaron y la emoción de descubrir qué seguía en mi paso por esa travesía. Después con cada una de las remadas fui fortaleciendo mi mente, mi cuerpo, mi espíritu y la unión con mi canoa, así que todo fluyó bastante bien hasta llegar al cruce.
Escritora en busca de llegar a ti a través de las palabras y la creatividad con la que son plasmadas.