Periodista apasionada por contar historias en las que los lectores…
Hace algunos días se dio una historia digna de una película en las costas del Pacífico mexicano. Luego de 3 meses de permanecer a la deriva en medio del mar, el australiano Timothy Shaddock junto a su perrita Bella de origen mexicano, fueron rescatados por el buque atunero María Delia en el puerto de Manzanillo, Colima. Como era costumbre, éste salió a faenar con su tripulación y un helicóptero, sin imaginar lo que se encontrarían más adelante.
A lo lejos, a unos 2.200 kilómetros de tierra firme, la embarcación se encontraba en búsqueda de bancos de peces, pero para su sorpresa, avistaron un pequeño navío. Al acercarse, se encontraron con un hombre moribundo que les hacía señas, pero no iba solo, estaba acompañado por su mascota, Bella.
“La vida es muy bella y hemos sido responsables de salvar la vida de un ser humano y de una perrita que lo acompañaba”, dijo Antonio Suárez, presidente y fundador de Grupomar, del cual el buque atunero es parte.
Si de por sí la historia ya era increíble, lo más impactante fue cuando se dio a conocer que precisamente ese viaje era el último de la embarcación, por lo que podría decirse que el buque se jubiló “con honores” ¡y de qué manera!
“Es el barco más pequeño y viejo de nuestra empresa, y será el último viaje que habrá hecho, porque ya está vendido. Se ha despedido de una gran manera, salvando vidas”, externó en un comunicado la compañía atunera.
La odisea
Tim, explicó que había zarpado de la Paz, Baja California Sur junto con su perrita Bella, a la que adoptó luego de encontrarla pérdida en una ladera en San Miguel de Allende, Guanajuato. Durante tres ocasiones trató de buscarle un hogar, ya que él tenía un estilo de vida muy aventurero, sin embargo, la canina siempre terminaba siguiéndolo a donde quiera que iba, incluso el mar.
Por lo que en una más de sus travesías, el pasado mes de abril, el navegante de 54 años decidió subirla a su catamarán, el Aloha Toa para que lo acompañara hasta la Polinesia Francesa en un trayecto de más de 6.000 kilómetros. Pero, las cosas se complicarían, pues una tormenta arrancó la vela de la embarcación y el motor se estropeó, quedando ambos a la deriva.
Fue así que Bella se convirtió en más que su amiga fiel, para Tim pasó a ser su apoyo incondicional en todo este tiempo en el que estuvieron extraviados en la inmensidad del océano, teniendo que sobrevivir bajo las inclemencias del clima, los peligros del mar, bebiendo agua de la lluvia y alimentándose de pescados crudos.
Luego de ser rescatados, Genaro Rosales, uno de los tripulantes del buque, se acercó a Bella y le brindó curaciones al verla herida de una axila, a lo que Shaddock le preguntó si le gustaban los perros y se la ofreció en adopción para que pudiera estar en un hogar tranquilo, ya que se lo merecía.
Para muchos, esta acción podría ser ingrata por parte de Tim hacia Bella, sin embargo, dio esta opción, ya que piensa regresar a su país Australia, donde desafortunadamente México no tiene convenio para la importación de animales.
Bella sufrió mucho por el tiempo en altamar, incluso le generó un tic nervioso por estrés en una de sus patas.
“Como que me encontró a mí en la mitad de México. Ella es mexicana. Tiene el espíritu de México y no me dejaba ir. Traté de darla en adopción tres veces, pero me seguía al mar. Es más valiente que yo, eso es seguro. Es asombrosa, otra cosa, me siento bendecido”, externó Tim agradecido.
Bella, la perrita mestiza, se mudará a otro puerto, a Mazatlán, Sinaloa de donde es Genaro, quien tiene otro perro, pero de raza pug y de nombre Vicente, quien se convertirá en su nuevo amigo.
Aunque quiera, no se la puede llevar
Shaddock tuvo que regresar a su país, pero en un par de meses estará de vuelta en México porque junto con la atunera que lo rescató escribirán un libro sobre la experiencia. Al partir a su lugar de origen, ya no pudo llevar consigo a su fiel amiga, pues Australia cuenta con varias medidas restrictivas para la importación de perros y gatos. Estas restricciones pasan por un mínimo de 10 días de cuarentena y la petición de varias pruebas, debido a los riesgos que puede suponer el virus de la rabia u otros.
Aunado a que México no tiene un convenio para esto con el territorio oceánico. El país excluye algunos territorios para este periodo de cuarentena como Islas Cocos (un territorio externo de Australia), Nueva Zelanda e Isla Norfolk (también en Australia).
Quienes deseen importar perros, deberán presentar los requerimientos necesarios, los cuales serán evaluados exhaustivamente. La falta de este tipo de información puede llevar a que las autoridades pongan a los animales en una cuarentena más extensa, que sean sometidos a más pruebas, sean exportados o incluso se les practique la eutanasia.
Periodista apasionada por contar historias en las que los lectores se sientan parte de ellas.