Yogui, viajera y Marketing Digital
2. Planea tu presupuesto y usa tu dinero siguiendo tu plan al pie de letra
Una vez que tienes visibilidad de cuánto y cómo gastas tu dinero, puedes organizar los gastos que registraste y establecer un presupuesto con el que puedas vivir. Este te dará una idea de cómo se comparan tus gastos con tus ingresos y puedas planear tus gastos y limitar gastos excesivos.
Asegúrate de considerar todos los gastos recurrentes y los esporádicos como el mantenimiento del coche, entre otros. En base a los gastos que identificaste por categoría asigna una meta de gasto semanal y no rebases lo asignado. Cubre primero gastos fijos y deudas, y el porcentaje que sobra asígnalo para ahorros, inversión o un fondo para gastos imprevistos.
Una estrategia de distribución del dinero es la regla 50/20/30 que te permite ahorrar cada mes sin sacrificar tus gastos personales. La idea principal es distribuir tus ingresos en porcentajes, con diferentes objetivos. 50% a gastos básicos (gastos fijos como renta, luz, agua, alimentos, seguros), 20% a ahorros (o inversiones, posibles imprevistos), 30% gastos personales (salidas al cine, comidas, regalos de cumpleaños). Por supuesto que no tienes que gastártelo todo, si algún mes te sobra puedes sumarlo a los ahorros.
El porcentaje de distribución puede variar de acuerdo con tus planes; si por el momento tus gastos son muy fuertes puede ser 70%, 10%, 20%, y más adelante modificarlo de nuevo.
Para crear tu presupuesto te puedes apoyar con una plantilla de Excel o una aplicación como Spendee. Esta herramienta te permite crear presupuestos. Asignarlos por categoría. Puedes crear recordatorios y alertas que te indiquen cuando sobrepasas el presupuesto o cuando estas realizando gastos superfluos.