Quien ha tenido una gata en celo en casa sabe en la pesadilla que esta experiencia se puede convertir. Pues se necesita mucha paciencia para saber lidiar con los tormentosos e incesantes maullidos durante las noches y díganmelo a mí, que recientemente adopté una gata ya grande y pasé por eso.
Resulta que yo ya tenía una gata de un año y decidí adoptar a otra más para que le hiciera compañía. La diferencia por así decirlo es que a mi primera gatita la crié desde que tenía apenas un mes y medio de nacida. En cambio, la gata grande evidentemente ya traía sus “mañas” y no saben lo duro que fue al principio.
La Aventura de Acoger a una Gata en Celo
Durante los primeros cuatro días, estaba a la expectativa de cómo mis dos gatas iban a llevarse entre ellas, especialmente en términos territoriales. Después de que las cosas parecieron calmarse un poco y ambas gatas parecían aceptarse mutuamente, pensé que todo iba a marchar de la mejor forma. Sin embargo, vino la peor parte, esto, por cierto, fue totalmente nuevo para mí. Mi primera gatita fue esterilizada a una edad temprana, por lo que nunca tuve que lidiar con su celo. Pero ahora, estaba a punto de descubrir cómo es tener una gata en celo en casa.
La gata mayor empezó a portarse más cariñosa de lo normal y pedía atención todo el tiempo. Se lamía constantemente sus genitales. Levantaba su cola como esperando a que viniera un macho a montarla. Dejaba orines en algunos rincones de la casa. Maullaba de una manera muy escandalosa, sobre todo en las madrugadas. Incluso llegaba a asustarme porque parecía que la estaban lastimando o que le dolía algo.
“La pesadilla” -porque de verdad, para mí así lo fue-, duró un par de semanas desde que la adopté, llena de maullidos e histeria en casa, que me llevaron a pensar: ¿Y si por eso la abandonaron?, ¿Y si la gata así es de batallosa realmente y por eso no cabía en ningún lado? En fin, fue inevitable no agobiarme y llenarme de sugestiones, pero hoy por hoy afortunadamente eso ya pasó y puedo decir claramente que he vivido ambas caras de la moneda. A pesar de todos los desafíos, tengo que decir que tener un gato es lo mejor que te puede pasar en la vida.
¿Cuáles son las fases del celo de una gata?
- Proestro (1-3 días): Inicia el ciclo de ovulación, la gata se pone cariñosa y despierta mayor interés entre los machos al maullar con mayor frecuencia para atraerlos. Sin embargo, todavía no se interesa por ninguno de ellos, ni siquiera por un gato macho en celo. Los folículos ováricos se desarrollan y aumentan los niveles de estrógenos, que son las hormonas encargadas del cambio de conducta.
- Estro (7-10 días): Es el celo como tal. La gata está demasiado inquieta y muy receptiva a la presencia de los machos. Si un macho la monta en esta etapa, posiblemente terminará preñada, aunque no siempre es así.
- Interestro (7-14 días): Período entre un estro y el siguiente sin actividad sexual. Si la gata en celo fue preñada entra en gestación, aunque a veces se dan casos de embarazo psicológico.
- Anestro: Tiempo de reposo en el cual no hay síntomas de celo. Suele durar entre 60 y 120 días.
¿Qué hacer con una gata en celo?
- Limpiar inmediatamente su orina para que no sea percibida por un macho.
- Mantenerla en casa con puertas y ventanas cerradas, procurando que no haya ningún orificio por el que pueda escabullirse.
- Jugar más con ella.
- Darle atención.
- Esperar pacientemente cada una de las fases del ciclo.
- Una vez finalizado ese tiempo, esterilizarla con tu veterinario de confianza.
Preguntas Frecuentes
¿Puedo esterilizar una gata en celo?
Sí, es posible esterilizar a una gata en celo. Sin embargo, lo más recomendable es que, si tu gata ya inició este período, debes esperar a que termine. Esto es para evitar que la mayor irrigación sanguínea de la zona complique la intervención. De lo contrario, podrías enfrentarte a una alta cantidad de sangrados.
¿Puedo bañar a una gata en celo?
Sí, de hecho, no generaría algún efecto secundario, pero debes tomar en cuenta que puede ponerse agresiva, por lo que eso depende de cada felina y qué tanto se estrese.
¿Esterilizar antes del primer celo o dejarla ser madre una vez?
Ambas preguntas son muy controversiales, pues tienen opiniones divididas, y eso depende de cada animal. Aunque expertos señalan que una gata no dejará de ser feliz si es esterilizada antes de su primer celo o si no tuvo sus propias crías.
Así que si tienes una gata en casa, entiéndela, cuídala y recuerda que no hay una época en específico para que le den estos episodios, aunque el primer celo suele darse entre los 6 y 9 meses de edad.
También, debes saber que algunas felinas son poliéstricas estacionales, lo que significa que tendrán varios celos seguidos. Por lo que sí es el caso de tu michi, lo más idóneo es que acudas a la clínica veterinaria más cercana y la esterilices.
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